Bucaramanga entra en la onda de las ‘pilonas’, ese tipo de bolardos que se instalan en el suelo y que sirven para delimitar vías de circulación y evitar el acceso a lugares públicos.
En palabras de Iván Vargas, secretario de Infraestructura de la Alcaldía de Bucaramanga, “estos bolardos electrónicos pretenden proteger espacios que no son autorizados para el paso de vehículos o para regular la movilidad de ellos en determinadas horas”.
De las 26 ‘pilonas’ que están programadas, ya se han instalado 16: cinco en la carrera 11 con calle 34; cinco más en la calle 36 con carrera 13; dos en la carrera 11 con calle 37; otros dos en la calle 42 con carrera 11; y dos más en la calle 42 con carrera 12.
Hay que decir que, aunque las referidas 16 ‘pilonas’ ya están adecuadas, ellas sólo empezarían a funcionar dentro de dos o tres meses, hasta tanto se entreguen las obras de recuperación del Plan Centro.
¿Para qué se instalan?
Según el Secretario de Infraestructura, “las ‘pilonas’ se adecúan en puntos estratégicos, como entradas y salidas de áreas restringidas o zonas peatonales”.
En Bucaramanga las ‘pilonas’ se accionarán de forma automática; sin embargo, es preciso decir que ellas serán maniobradas, única y exclusivamente por alféreces de Tránsito, agentes de la Policía y funcionarios de Recuperación del Espacio Público.
“En el papel ellas se levantarán o bajarán para permitir o bloquear el paso de vehículos en determinados momentos, tales como manifestaciones, otras concentraciones de público y, en general, en agendas específicas que se desarrollen en la ciudad, precisó el funcionario.
“Estos bolardos se emplearán para garantizar la seguridad en las áreas que se están habilitando. Al bloquear el paso de vehículos, se evitan accidentes y se fomenta la seguridad de los peatones”, argumentó.
De igual forma, según dijo el funcionario, “servirán para controlar el tránsito vehicular en ciertas horas del día o en eventos especiales. Todo esto permite un mejor control del flujo vehicular y evita congestiones”.
Además, “las ‘pilonas’ serán una especie de ‘tatequieto’ para proteger espacios públicos o privados de posibles daños o invasiones. Al bloquear el acceso con ‘pilonas’, se evita que los vehículos usurpen áreas peatonales o dañen mobiliario urbano”.
