Tras la decisión tomada por varios establecimientos educativos no oficiales de la capital de la República de suspender el uso de celulares en sus instalaciones en algunos colegios, en Bucaramanga se piensa ‘pasar al tablero’ tal iniciativa. ¡Claro está que unos la aplauden, otros la rechazan!
Si bien la Secretaría de Educación de Bucaramanga asegura que “respeta la medida”, dependiendo de las directrices de cada plantel, también señala que “se debe pensar en cómo aportan tales ayudas tecnológicas en la formación académica”.
Restringir el uso de esos dispositivos dentro de las aulas ha desencadenado una ‘lluvia’ de comentarios sobre lo ‘conveniente’ o ‘inconveniente’ de dicha iniciativa.
Para el docente Manuel Fernando Moreno, “el celular, hoy día, es la herramienta mediante la cual los estudiantes ‘copian y pegan’, sin importar si aprenden o no. Creo que se debe regular, para frenar la pereza en el proceso de aprendizaje”.
Julián Sequeda, otro docente, piensa que “usar el celular en clase es sinónimo de distracción. En mis clases no me gusta que mis alumnos tengan sus smartphones encendidos”.
En el caso de José Joaquín Claro, rector del colegio ‘Tecnológico’, “es preciso llegar a acuerdos porque, en algunas clases sí se da un correcto uso a estos celulares. Yo también pensaría en regular en qué momento se emplean y en qué otra instancia se restringe”.
“No obstante, según mi punto de vista, es el Gobierno Nacional, a través del Ministerio de Educación Nacional, MEN, el que debería tomar una decisión definitiva”, precisó.
Vale recordar que hace algunos días el viceministro de Educación Preescolar, Básica y Media, Óscar Sánchez Jaramillo, dijo que “la tecnología, como todos los grandes avances, puede tener efectos buenos o malos, según como se maneje; y Colombia ha venido optando, desde hace años, porque el uso de los celulares, y en general de las pantallas en los colegios y en la sociedad, tengan un uso regulado”.
De igual manera, señaló que “antes de hacer extensiva la medida a todos los establecimientos educativos del país, se deben adelantar espacios de diálogo y concertación al interior de cada consejo académico, junto con rectores, docentes, estudiantes e incluso padres de familia para establecer en qué momentos se puede restringir el uso de dispositivos electrónicos”.
“Colombia nos dice normativamente que antes de los 14 años no debemos darle, de manera permanente, un teléfono celular a un niño o a una niña. Pero sí hay muchos maestros que hacen uso creativo de la tecnología y lo importante es que esos docentes tengan la libertad de establecer las normas específicas para cada comunidad educativa y colegio”, expresó el Viceministro.
Adicionalmente, señaló que en el país hay casos de escuelas rurales, principalmente luego de la pandemia, en donde el celular es la única oportunidad de acceso a la conectividad de internet, y que a través de estos se desarrollan prácticas pedagógicas innovadoras que incluyen, por ejemplo, juegos matemáticos, metodologías de investigación o creación artística; de esta forma, el celular es, en muchas ocasiones, una oportunidad. Por ello, es necesario evaluar la particularidad de cada colegio y desde allí adoptar las medidas que mejor atiendan a las necesidades de enseñanza y aprendizaje de los estudiantes.
La verdad es que, según lo dispuesto por el Municipio de Bucaramanga, los establecimientos de educación de carácter privado tienen la autonomía de tomar esa decisión; sin embargo, no siempre el uso permanente de pantallas genera efectos negativos en el desarrollo psicosocial y en el aprendizaje de los estudiantes.
Vale recordar que, en Bucaramanga, de manera más exacta en la institución educativa José Celestino Mutis, el uso del celular en las clases ha sido algo favorable. En ese plantel, José Julián Garavito, considerado como el docente ‘influencer’ y quien orienta clases novedosas a sus alumnos, ha subido 86 videos y tiene vales miles de suscriptores en YouTube en donde transmite sus clases.
Cuenta que decidió ir al ‘rescate’ de sus alumnos con una propuesta de entretenimiento luego del ‘encierro’ que tuvieron que pasar los estudiantes por la pandemia. Para él, el celular es algo valioso, no es un problema.
“Ya tenemos cuatro años con el proyecto. La alternativa fue por este lado y la acogida gustó, los estudiantes son felices. La idea se convirtió en retos para ellos”, añade.
¿Por qué prohibir el uso del celulares en las clases?
1. Porque fomenta la concentración y la atención de los estudiantes en el contenido de la clase, evitando distracciones.
2. Porque ayuda a reducir el riesgo de trampas durante exámenes y evaluaciones.
3. Porque promueve la interacción cara a cara entre los estudiantes y el profesor, facilitando un ambiente de aprendizaje más participativo.
4. Porque evita interrupciones constantes por notificaciones de mensajes, llamadas u otras distracciones que pueden afectar el desarrollo de la clase.
5. Porque contribuye a establecer límites claros y disciplina en el aula, promoviendo un ambiente de respeto mutuo.
¿Por qué permitir el uso de celulares en las aulas?
1. Porque los celulares pueden ser herramientas útiles para acceder a recursos educativos en línea durante la clase.
2. Porque les permite a los estudiantes comunicarse rápidamente en caso de emergencias o situaciones personales que requieran atención inmediata.
3. Porque algunas aplicaciones y herramientas en los teléfonos pueden facilitar la colaboración y el trabajo en equipo entre los estudiantes.
4. Porque los celulares pueden servir como herramientas de apoyo para estudiantes con necesidades especiales o con dificultades de aprendizaje.
5. Porque prohibir el uso de teléfonos celulares puede limitar la capacidad de los estudiantes para desarrollar habilidades tecnológicas relevantes en la actualidad.