La última vez que los parientes de la joven de 25 años la vieron con vida fue el pasado viernes 4 de febrero. El sábado trataron de comunicarse con ella, pero no pudieron.
El 6 de febrero, en horas de la mañana, trataron nuevamente de contactarla, pero después de varios intentos fallidos desistieron. Rato más tarde, a eso de las 10:30 a. m., una pariente llegó a la residencia de Leicy, ubicada sobre la calle 109 con la carrera 50 B, barrio La Francia, de Medellín.
La allegada subió hasta el apartamento, ubicado en el tercer piso, abrió la puerta, se dirigió a la habitación, y la encontró muerta. Estaba en el suelo, en pijama, con las manos atadas atrás y con una cobija encima de la cabeza.
No tenía heridas ni rastros de golpes, razón por la cual las autoridades creen, de manera preliminar, que habría muerto por asfixia mecánica; sin embargo, será Medicina Legal la entidad encargada de establecer cómo pereció.
“La encontramos maniatada, bocarriba, en el suelo. Que se haga justicia es lo que más pide uno, ya que estamos en un país que todo queda impune. Tenía muchas ganas de seguir adelante, de estudiar, de ser profesional”,
¿Por qué la mataron?
Las causas que desencadenaron el homicidio de esta mujer natural de Ungía, Chocó, son materia de investigación para las entidades judiciales.
Las primeras hipótesis apuntan a que podría tratarse de un tema pasional, ya que se conoció que la víctima había terminado recientemente una relación sentimental con un “hombre tóxico”.
Por ahora las autoridades recogen elementos materiales probatorios en la vivienda e información por medio de entrevistas tratando de ubicar a quien fue su pareja para establecer si participó o no en el crimen.
