El lunes se cumplió un mes del atroz crimen del docente pensionado Pablo Alfonso Ortiz Tarazona, ocurrido el 7 de enero en su finca, en la vereda La Judía de Floridablanca.
Sus seres queridos ofrecieron un novenario, aún sumidos en el dolor, por la pronta partida de Pablo, quien a sus 66 años gozaba de salud y estabilidad para disfrutar de la vida muchos años más, pero le arrebataron la existencia en un acto de sevicia. Aunque ya nada repara su partida, la familia recibirá justicia. El asesino fue capturado. Se trataría de Campo Elías Sanabria, el empleado que cuidaba la finca del ‘profe’. Desde un principio fue señalado como el principal sospechoso.
Y las sospechas no fueron en vano…
Desde hacía ocho años, Campo Elías trabajaba en la finca de Pablo Alfonso. Se ganó su confianza y su estima, pues era quien supervisabala seguridad de la finca.
A los 72 años vivía de forma cómoda en una habitación separada de la casa y siempre recibió buen trato, asegura la familia del docente.
Pero el profesor había tomado la decisión de que Campo Elías no laborara más en su finca.
Cuando se lo dijo, Campo Elías mostró su enojo pero luego pretendió “normalidad”.
Permaneció unos días más en el predio cumpliendo con sus labores, pero la furia que habría ido acumulando por saber que sería despedido, lo llevó al peor de los impulsos. Acabar con la vida de su empleador.
Lo asesinó a traición, con una escopeta
El cadáver de Pablo fue hallado tendido en el piso de la cocina cuando su familia junto con la Policía fueron a buscarlo, preocupados porque no aparecía ni contestaba su celular. Ni en los peores pensamientos imaginaron la tragedia.
Uno de los fogones aún estaba encendido por lo que la escena hizo suponer a las autoridades que lo atacaron a traición mientras estaba desprevenido en la cotidianidad de su casa.
De manera inicial se creyó que tenía heridas de arma blanca pero con la llegada de los criminalistas de la Sijin, quienes examinaron el cuerpo con más precisión, se habría establecido que eran dos lesiones similares a las que produce una escopeta.
Sin embargo, ni el arma ni los cartuchos fueron encontrados. Luego lo investigadores revisaron la finca para confirmar si algún objeto de valor había ‘desaparecido’ o si había indicios que señalaran hacia un presunto robo pero no fue así.
Con la versión entregada por los seres queridos de Pablo sobre la situación que tenía con Campo Elías y la evidencia de la escena del crimen, todos los indicios apuntaban hacia el cuidador.
“Amaba el campo y sembrar”
Pablo Alfonso Ortiz trabajó durante muchos años en la Escuela Normal de Piedecuesta. Luego el docente decidió retirarse para dedicarse a su familia y a su finca.
“A Pablo le encantaban las plantas, sembrar jardín y tener su huerta, subía a cada rato a la finca. De vez en cuando venía a visitarme a mi y a mi mamá. Conocimos a ese señor-Campo Elías- cuando Pablo nos invitó a una celebración por el día de las madres. Lo tenía viviendo bien, en una especie de apartaestudio”,
comentó desconcertada la hermana de Pablo al confirmar que había sido capturado el señalado homicida.