Pese a las críticas de la ONG, desde este jueves 15 de septiembre empezó a regir en Hungría, un decreto que obliga a las mujeres a escuchar sí o sí el latido del feto antes de abortar.
«La enmienda anunciada no es otra cosa que una medida dañina que solo sirve para humillar a mujeres que ya se encuentran en una situación muy difícil», aseguró la ONG Unión por los Derechos Fundamentales (Tasz) en un comunicado.
Según Tasz, el Gobierno sólo quiere hacer más difícil el aborto y subraya que hasta la quinta o sexta semana del embarazo el latido del corazón no es detectable, lo que hace más difícil el proceso administrativo de la medida.
El ministro de Interior, Sándor Pintér, emitió el lunes un decreto que determina que antes de abortar, la mujer debe presentar un documento que certifique que ha recibido información sobre los signos vitales del feto.
«Es terriblemente perturbador», afirma la ONG, citada por el diario digital 444.hu.
El Gobierno del primer ministro Viktor Orbán, en el poder desde 2010, sigue una política en defensa de la «familia tradicional», tratando de dar vuelta a la disminución de la población, con pocos resultados hasta el momento.