Problemas al interior de sus hogares; difíciles situaciones emocionales, sobre todo con sus respectivas parejas; dificultades económicas, recrudecidas por la pandemia del COVID-19, aparecen como los factores desencadenantes del incremento de los intentos de suicidio en Santander.
De acuerdo con el Sistema de Vigilancia de Salud Pública, Sivigila, del Ministerio de Salud y Protección Nacional, en Santander cerca de 200 personas han intentado quitarse la vida en lo que va corrido del año. La cifra se queda pequeña, si se tiene en cuenta que no todos los casos son reportados.
En relación, los municipios que más aportan casos de intento de suicidios se dan en el área metropolitana de Bucaramanga. Donde la tasa de incidencia es de ocho casos por cada 100.000 habitantes.
El estrés, el miedo y la incertidumbre que generó la pandemia en Santander, en el papel, afectaron sobremanera a la población, especialmente a los jóvenes. De hecho, las personas que han intentado acabar con la vida son jóvenes entre 20 y 30 años, especialmente los hombres.
“Muchos de ellos pueden tener problemas para lidiar con sus emociones”, según lo señaló Pedro Javier Gutiérrez, Gerente del Hospital Psiquiátrico San Camilo.
Según las estadísticas, a este centro de asistencia diariamente llegan dos personas buscando asistencia y ayuda médica por crisis nerviosa que genera la depresión.
En Bucaramanga, el sitio más utilizado para atentar contra la vida es el Puente de la Novena, donde en la semana ocurren de dos a tres casos de hombres y mujeres que amenazan con acabar con su existencia y son salvados por bomberos que tiene la sede en cercanías al paso elevado.
El directivo recordó que entre enero y febrero del 2022, la institución brindó atención a pacientes hombres con diagnósticos de intentos de suicidio, ideación suicida, consumo de sustancias psicoactivas, ansiedad y depresión, siendo éstos los factores de riesgos más comunes entre ellos. Esta cifra representa casi el 70% de la población que atiende en la actualidad la institución en sus tres sedes: Bucaramanga, Piedecuesta y Barrancabermeja.
Por estas razones, “el Hospital Psiquiátrico San Camilo insiste en la prevención a tiempo. La idea es continuarfortaleciendo nuestros servicios de atención y programas de prevención y promoción en salud mental para contrarrestar los factores de riesgo y afectación a las más de 50.000 familias que atendemos al año en Santander”, precisó el directivo.
