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Ernestina tiene su tienda en lo más alto, El Pedregal

En Pedregal Alto, Ernestina a sus 75 años continúa ejerciendo su labor como tendera.

En Pedregal Alto, Ernestina a sus 75 años continúa ejerciendo su labor como tendera.

Ernestina, oriunda de Covarachía, Boyacá, llegó a Bucaramanga buscando nuevas oportunidades para ella y su familia, “cuando se puso dura la situación allá, que no se vendía el fique, yo me arranqué a Saravena y le dije a mi esposo pero él decidió irse para Venezuela” comentó la señora Ernestina Moreno de Pinto. Así empezó la travesía de Carmelo Pinto y su esposa, la señora de Pinto.

Luego de una temporada en donde la familia Pinto Moreno residió en distintos lugares como Saravena, Cúcuta y Venezuela, esta familia llegó a Pedregal Alto del corregimiento tres de la capital santandereana.

“Llegué a esta comunidad y empecé a trabajar en casas de familia, me puse a pensar que cuando no me dieran más trabajo ahí qué me iba a poner a hacer, porque a mí no me gusta estar desocupada” es de esta manera como doña Ernestina inició a guardar un ‘ahorrito’, como ella menciona, para poder realizar su anhelo de tener un trabajo propio y no depender de otras personas. 

Es así como surge la tienda ‘Pedregal Alto’, un negocio familiar que hasta el momento continúa siendo un comercio reconocido en el sector. 

Ernestina con 75 años y Carmelo con más de 80, permanecen trabajando como cuando llegaron por primera vez a tierras bumanguesas, el señor Pinto trabaja cuando es llamado para un jornal, y la señora Moreno se dedica 100% a atender su negocio. 

Tienen seis hijos, quienes en ocasiones colaboran con la tienda, pues, ellos cuentan con trabajos que ocupan gran parte de su tiempo; Ernestina afirma que una nieta le tiende una mano en algunas ocasiones, pero por lo general, es ella la que está al mando de ‘Pedregal Alto’.

Los productos básicos de la canasta familiar son los más vendidos en esta tienda, hace algunos años a la señora Moreno le surgió otra idea para su negocio, “una madrina me dijo que por qué no sacaba empanadas los fines de semana, entonces ella me enseñó a hacer papas rellenas y empecé con eso, hasta hoy en día sigo sacando papas y empanadas los sábados y domingos” afirma la mujer boyacense.

Ernestina Moreno, es un ejemplo de templanza y ganas de salir adelante, a su edad ella asegura que es un poco más difícil ejercer el esfuerzo físico que requiere esta profesión, pero nada le frena sus ganas de seguir trabajando hasta que su cuerpo se lo permita.

“Es un trabajo que se necesita mucha paciencia, pero yo me  siento muy bien porque trabajo a la hora que yo quiero y no debo rendirle cuentas a nadie”.

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