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Secuestros y atentados, la insistencia en la guerra que mantiene el Eln frente al proceso de paz

Atentados y secuestros por parte del Eln siguen siendo unos de los principales obstáculos para que el Gobierno Nacional avance en el proceso de paz con la guerrilla, pese a que ya van en la tercera fase en La Habana, Cuba.

La guerrilla del Ejército de Liberación Nacional, Eln, se sumó a la apuesta del Gobierno Nacional de lograr la paz total con los grupos delincuenciales con origen político y estructura jerárquica, aunque en medio del proceso ha seguido cometiendo atentados y secuestros.

Mientras que el presidente Gustavo Petro anunció a la medianoche del 31 de diciembre un cese al fuego con el Eln y al menos cuatro grupos delincuenciales más, la guerrilla días después aseguró que no había acuerdo alguno con el Gobierno Nacional para esta decisión.

Esta guerrilla, con la cual se adelanta la negociación en fase tres, en La Habana, Cuba, el 29 de marzo atentó contra un batallón en El Catatumbo, Norte de Santander, con al menos ocho tatucos en horas de la madrugada.

Este acto terrorista, dejó como resultado 10 militares muertos, los cuales dormían en los campamentos.

«Rechazamos el vil asesinato de nuestros militares en el Catatumbo, entre ellos 7 soldados y 2 suboficiales, en una acción criminal del Eln. No escatimamos esfuerzos para salvar la vida de los heridos. Acompañamos a sus familias en estos difíciles momentos», indicó en su momento el mayor general Helder Fernán Giraldo Bonilla, comandante de las Fuerzas Militares.

En Barrancabermeja, por ejemplo, el Eln secuestró a cinco jóvenes pescadores y los mantuvo en su poder cerca de 15 días pese al llamado de la Alcaldía Distrital del Puerto Petrolero que pidió la liberación de los jóvenes.

Sin embargo, la guerrilla justificó el secuestro afirmando que no eran pescadores sino que, por el contrario, eran «delincuentes» asociados a delitos como el hurto y el tráfico de estupefacientes.

El pasado lunes en horas de la noche y a través de un comunicado de prensa, el Eln confirmó que dejarían en libertad a sus cinco secuestrados.

Pero la poca voluntad para alcanzar la paz no quedó ahí. El pasado 24 de mayo, un nuevo atentado registró el Eln en Tibú, Norte de Santander, cuando activó explosivos justo mientras pasaba una patrulla de la Policía Nacional. El hecho dejó dos uniformados sin vida y una mujer civil más.

Ante esto, la guerrilla se atribuyó el atentado y el alto comisionado de paz, Danilo Rueda, calificó el hecho como «un gesto de responsabilidad», palabras que fueron rechazadas y cuestionadas desde diferentes sectores.

«Desde el comienzo hemos repudiado este hecho. Que el Eln se lo atribuya es un gesto de responsabilidad para aclarar la situación. Ya habrá el momento y el escenario judicial para que estos hechos sean sancionados», afirmó Rueda, quien adelanta la agenda de negociación con la guerrilla, en La Habana, Cuba.

Las disidencias de las Farc y el Clan del Golfo también se sumaron a la apuesta de paz. Sin embargo, en el Bajo Cauca Antioqueño y en Putumayo siguieron los actos delictivos contra la población civil y el presidente Gustavo Petro decidió levantar el cese al fuego, hecho que no ha acontecido con el Eln.

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