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‘Tongorito’, el payasito más querido de Santander necesita el apoyo de los ciudadanos

Su salud presenta algunos quebrantos y requiere una silla especial para su movilidad. Su familia hace un llamado a los santandereanos para poder comprarla con urgencia.

De su rostro se ha desdibujado su colorida sonrisa, pero no por elección propia, sino por el paso de los años que ya le están ‘pasando factura’ y de los que nadie, por más que lo desee, puede salvarse.

Su alma, en cambio, se mantiene intacta, y aunque su cuerpo no le permite continuar con la labor que toda su vida desarrolló en las calles y eventos festivos, su mirada refleja que la esencia de ‘Tongorito’, el payasito más antiguo y reconocido del departamento, no se irá jamás.

Todos lo recuerdan. Tongorito es ese hombre que solía mantener el rostro pintado y llevar puestos sus trajes llamativos, que permanecía en un inmenso triciclo de dos metros de alto haciendo piruetas, regalando sonrisas por doquier y ganándose los aplausos de su público… Pero su show no se ha vuelto a ver por ningún lado.

Quizá pocos los sepan, pero la salud de Pedro Alberto Zambrano, nombre de pila del ‘payasito’ de 91 años más querido por los santandereanos, ha estado pasando por un delicado estado y en este momento requiere del apoyo de todos. El 25 de julio de este año, Pedro sufrió una trombosis en la base del cerebro que le afectó su movilidad y desde entonces no ha podido volver a sus ‘escenarios’.

“Él no puede mover sus ‘bracitos’ ni sus piernas, aunque sí tiene sensibilidad. El problema es que no tiene la fuerza para sostenerse y entre todos debemos ayudarlo para moverlo”, contó Aura Arango, su nuera.

Para facilitar el proceso diario, a Pedro deben levantarlo de la cama con una sábana para no lastimarlo. Lo llevan a una mecedora –en la que permanece durante el día- y luego lo sientan en la silla de ruedas para moverlo de un lado a otro cuando es necesario. Sin embargo, la silla en que lo trasladan no es la precisa para su condición y requiere de un asiento especial para su comodidad.

“Estamos necesitando una silla neurológica. Con ella se nos facilitan todos los procedimientos anteriores porque siempre es un poco complicado. Por ejemplo, cuando lo vamos a bañar nos toca trasladarlo a la silla de ruedas y sostenerlo. A veces nos toca ponerle correa para que no se nos caiga y siempre estamos muy pendientes”, agregó Arango.

La silla que mencionan tiene un valor cercano a los dos millones de pesos. Es costosa, pero necesaria para darle a Pedro el trato que se merece, aunque los recursos económicos de su familia no dan para adquirirla de forma inmediata.

Por ello hacen un llamado a los buenos corazones para apoyar a este increíble ser humano que divirtió a numerosas generaciones, con la donación de recursos económicos para adquirir dicho elemento. Los interesados en vincularse pueden comunicarse al 316 2986789. Con su nuera podrán obtener la información necesaria y saber de qué otra forma ayudar.

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