A pesar de que en 2018 el entonces asentamiento humano Asovisur II fue legalizado como barrio, Silvio Quiroga Mateus está viviendo lo que sería su segundo ‘desplazamiento’.
Y es que a pesar de que la vivienda ya ha sido adjudicad a su nombre, este lunes en la mañana se enfrentaba a un proceso de desalojo y demolición de su casa marcada con el número 28 en la Manzana uno.
Hace 15 años a Quiroga Mateus le tocó coger los pocos corotos que tenía en su casa de El Peñón, malvender la cacharrería con la que comerciaba y salir desbocado por el terror, desplazado.
Fue uno de los tantos santandereanos que debieron huir del sur del departamento por la confrontación entre los grupos armados ilegales.
Era 2007. Allá en El Peñón se quedaron los sueños, pero debía reiniciar en la capital de Santander donde un amigo en común, Hermes Gil, le prometió venderle un lote para que fundiera las bases de su nuevo comienzo.
Uno era legal, solo un pedazo de tierra sin dueño, un lote de 45 metros, sin luz, agua, nada de servicios, por el que pagó $6 millones.
Pero enfrente había otro espacio que decidió tomarse de forma pacífica y con sus incipientes labores como maestro de obra erigir las columnas de su hogar.
“Ahí me vieron levantar los cimientos con lo que sé de construcción, porque me tocó aprender para seguir luchando”. Era 2014.
Cuando llegó el 2015 aquellos ladrillos ya tenían forma. Entonces apareció el primer inconveniente. Un vecino quien alega que lo invadió, lo demandó.
Ese litigio comenzó en 2016. Dos años después, en 2018, aquella extensión de residencias modestas construidas con esfuerzos sudor y ganas, fueron legalizadas por el Alcalde de turno, constituyendo de manera oficial los barrios Asovisur I y II.
La de Silvio es la Casa 28 de la Manzana I, un “Lote parqueadero” como figura en su escritura, donde se indica que es residente legal del barrio Asovisur II.
Pero la orden para tumbarle la vivienda se mantuvo ‘viva’ hasta después de la pandemia y de la legalización. Ahora Quiroga Mateus vive su peor pesadilla, porque este lunes 21 de febrero llegaron a desalojarlo de su casa.
Sin embargo, para su fortuna, a pesar de la presencia de todas las autoridades, el proceso de desalojo no se llevó a cabo porque no cumplía con todos los requisitos, según manifestó Elda Mateus Quiroga, otra de las afectadas.
“No se llevó a cabo el desalojo, gracias a Dios, nuestra abogada puso revocatoria y el Juzgado la contestó. Expuso unas cosos que no eran las correctas, estaban violando los derechos de nosotros en ese sentido, la señora (quien inició el pleito legal), falleció, el hijo se nombró como heredero de la señora, pero resulta que no tiene ningún poder, ningún otorgamiento de derecho en el caso que se lleva en nuestra contra”.
Ahora, para que la familia Quiroga Mateus siga en dicho predio, la abogada mostrará las pruebas y las falencias, “las autoridades se han ensañado con nosotros a pesar de que tenemos la posesión y la legalización, vamos a ver si con el favor de Dios se cierra el caso. Ya son nueve años con este caso”.
En dicho predio residen cuatro personas de 57, 51, 24 y 59 años.