El padre Alfredo Vesga Díaz superó los 60 años de vida pastoral y desde muy joven acompañó su vocación ‘divina’ por su pasión por el Atlético Bucaramanga.
El amor por el equipo ‘que tiene más aguante’ nació gracias a sus constantes transmisiones radiales en el estadio departamental Alfonso López. Alfredo, cuando apenas era un ‘sardino’ de no más de 15 años, trabajó recogiendo cable para una reconocida cadena radial. Aunque en ocasiones los resultados no eran lo que se esperaba, cada fin de semana estaba presente el joven que desarrolló tanto la fé en cristo como la fé en la anhelada primera estrella.
Capellán oficial del club
Luego de ordenarse como sacerdote en el Seminario Mayor de Bogotá y después de aventurarse a llevar la sagrada palabra hasta el Amazonas, Alfredo recibió con el mayor de los gustos un rol único en ‘la ciudad bonita’: ser el capellán oficial del Atlético Bucaramanga de finales de los 80’s.
La temporada 86/87 fue su debut en el equipo. En ese año su labor consistía en acompañar al equipo en los camerinos y bendecir a cada uno de los muchachos minutos antes de cada partido. Posteriormente, el sacerdote se dedicaba a disfrutar del espectáculo desde el propio terreno de juego.
La bendición a Radamel
Tal era la cercanía de Vesga con algunos de los jugadores del equipo que muchos de ellos lo buscaban para favores ‘divinos’. Tal fue el caso de Radamel García, quien acudió a la Capilla Nuestra Señora de los Dolores para recibir una bendición familiar.
Al sagrado recinto asistieron Radamel junto a su esposa y un pequeño niño que no dejó de jugar con el balón durante toda la visita. “Uno ya veía en el pequeño Radamel ese amor desenfrenado por el fútbol y su padre en vez de regañarlo, lo dejaba ser con naturalidad” recuerda el padre misionero.
Le escribe a la estrella
Actualmente, el sacerdote reside en el Hogar Plenitud, un espacio de bienestar para 15 adultos mayores. Desde aquel lugar, ubicado en la calle 20 #29-45 del barrio San Alonso, predica la palabra y también realiza poesía con ella.
Ya ha escrito múltiples poesías para el equipo de Rafel Dudamel y hasta es autor de un contagioso tango dedicado a Américo Montanini. Este sábado y todos los días que juega el ‘leopard’ el padre Alfredo realizará una misa desde el hogar para encomendar a Dios el sueño de toda una ciudad.