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Casi mata a su esposa por ‘celos’, en Santander

Con las evidencias ‘puestas en la mesa’, el Juzgado Promiscuo Municipal de Curití emitió la orden de captura, la cual se materializó esta semana.

Por ser el presunto agresor de su esposa, Víctor Manuel García Carache, 27 años, fue enviado a la cárcel. La Fiscalía le imputó cargos por tentativa de feminicidio.


El ataque con el que por poco acaba con la vida de su pareja sentimental, ocurrió el pasado 12 de febrero a 10 minutos del parque Gallineral de San Gil.


García, en un aparente ataque de celos, la golpeó y la apuñaló en varias oportunidades. Fue una paliza ‘salvaje’ que le costará mucho tiempo a ella recuperarse física y sicológicamente.


Sufrió politraumatismos, trauma craneoencefálico severo, trauma facial y de abdomen. Además le arrancó parte del cabello con las manos. Está viva de ‘milagro’.


Para las autoridades lo más sorprendente fue que Víctor Manuel, al trasladarla al centro médico, aseguraba que ella había sido víctima de un robo. Esa versión no tuvo mucho ‘peso’, por lo que de inmediato los investigadores de la Sijin desplegaron actividades de campo para conocer de manera detallada el hecho.Luego de recolectar las pruebas pudieron comprobar que se trataría de un ataque infame por parte de Víctor Manuel, de 27 años, hacia su pareja de 32.

¿Qué pasó?
El caso salió a la luz cuando Víctor Manuel ingresa al Hospital Regional de San Gil con su mujer agonizante, señalando que unos bandidos habrían entrado a su vivienda y la habrían golpeado.


Allí aseguró que él llegó en la madrugada, pero que solo al amanecer encontró a su esposa tendida en el piso con múltiples golpes y puñaladas. Por supuesto, las inconsistencias de su versión pusieron en alerta a las autoridades.


Durante la investigación, los videos de la cámara de seguridad y la declaración de un testigo sumado a otras pruebas técnicas, lograron desvirtuar la versión de Víctor.


Cada pista lo señalaba como responsable del atroz hecho.


Además, la victima fue custodiada y vigilada por este sujeto, quién además no le permitía hablar con nadie argumentando que le podrían hacer daño. Por tal motivo, la víctima durante los cinco días que permaneció hospitalizada siempre estuvo con temor a denunciar.


Con las evidencias ‘puestas en la mesa’, el Juzgado Promiscuo Municipal de Curití emitió la orden de captura, la cual se materializó esta semana.

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