El venezolano Lorenzo Javier Montilva, de 22 años, vivía en el barrio Villa Esperanza de Charalá, Santander y trabajaba en una frutería. Era un extranjero más que habría llegado en busca de una oportunidad, pero el domingo pasado cuando uniformados de la Policía realizaban labores de registro y verificación de antecedentes, encontraron su ‘estampa’ en una circular roja de la Interpol.
Lorenzo Montilva y su hermano Darwin José Montilva figuraban entre los más buscados del país vecino, señalados como presuntos autores del asesinato de Carlos Gilberto Delgado Brun, jefe de Recursos Humanos y Control de Estudios de la Universidad Bolivariana del Táchira, ocurrido el 9 de diciembre de 2019.
Después de robar al profesor, lo mataron a cuchillo y sacaron su cadáver en una sábana desde su apartamento, en un décimo piso y lo dejaron tirado en un peaje donde fue hallado después de quince días.
El crimen fue condenado en Venezuela, por lo que las autoridades emitieron la notificación.
Sabían que los supuestos homicidas estarían en Colombia porque la señal del teléfono de Brun daba la ubicación en Bucaramanga.
Loranzo sí llegó a ‘La Bonita’ desde Táchira para evadir a la justicia, pero terminó en Charalá, un pueblo pequeño y apartado donde creyó que podían desconocer su macabro pasado.
Pero finalmente llegó la hora de saldar su cuenta pendiente. Tendrá que regresar a su patria para enfrentar la ley.