Es cierto que el confeso asesino del médico colombiano, Daniel Sancho ha negado vehementemente ser gay, pero eso sí, admitió que tenía un vínculo sexual con Edwin Arrieta.
Y es que Daniel Sancho, quien enfatiza que tiene una novia y que planeaba encontrarse con ella en Tailandia, sostiene que este aspecto de su vida es independiente de su identidad sexual.
Pero dentro de la incertidumbre que rodea la relación entre el asesino confeso y la víctima, la verdadera naturaleza de su vínculo ha sido motivo de especulación. Muchos se han preguntado sobre la orientación sexual de Sancho, sin embargo, el aspecto sexual de su relación parece ir más allá de esa cuestión. Lo que compartían Sancho y Arrieta sería una práctica conocida como ‘yachting’ o ‘gay-for-pay’.
Este término ha sido comparado con el popular ‘pay-per-view’ (PPV) de la televisión, pero aplicado a la intimidad. El ‘yachting’ o ‘gay por pago’ describe a personas heterosexuales que reciben compensación financiera por mantener relaciones sexuales con individuos de su mismo sexo, una forma de prostitución masculina en la cual la orientación sexual no es un factor determinante.
El término “yachting” es empleado actualmente para describir situaciones en las que un hombre heterosexual participa en encuentros sexuales con personas de su mismo sexo a cambio de compensación económica, una suerte de prostitución masculina.
La distinción entre el vínculo sexoafectivo y la orientación sexual es crucial. La psicóloga española Claudia Kosler explicó a medios nacionales que esta diferencia al señalar que una persona puede identificarse como heterosexual y, al mismo tiempo, tener relaciones sexuales con individuos del mismo sexo.
Sancho, en este contexto, está afirmando su identidad como hombre heterosexual, ya que cuando se cuestiona la orientación sexual de un hombre que no se identifica como gay o bisexual, a menudo recurre a afirmar que es heterosexual y menciona tener una novia.
Kosler también destacó que la sexualidad es altamente variable, y cada individuo lleva su vida sexual de manera única, lo que implica que hay una variedad de matices que deben ser considerados al analizar esta situación.
