Cruzar el Tapón del Darién se ha vuelto una odisea cada vez más exigente y preocupante para un migrante. A los peligros que encierra esa densa selva como el cruce de abismos, la presencia de animales peligrosos, la crecida de corrientes y ríos y las enfermedades que los afectan, se suma una nueva preocupación y es la posible presencia de artefactos explosivos improvisados o minas antipersonal.
El hallazgo de una mina por soldados de la Brigada 17 que patrullaban la zona, puso en alerta a las autoridades por los llamados remanentes de guerra o municiones sin explotar (MUSE) que pueden estar enterrados en el trayecto hacia la frontera con Panamá y por el que a diario pueden pasar entre 800 y 1.000 migrantes, en su mayoría haitianos, cubanos y venezolanos.
La primera alerta fue lanzada por Javier Sarmiento Olarte, el procurador para los Derechos Humanos, quien expresó a EL COLOMBIANO que en el sector conocido como Polín, en zona rural de Acandí, fue hallado el explosivo improvisado a 500 metros de la ruta usada por los migrantes.
“Fuimos informados por parte de del comandante del batallón del Ejército de allá, que efectivamente encontraron un artefacto explosivo improvisado tipo mina antipersonal en una de las rutas que utilizan los migrantes entre Acandí y el Tapón del Darién. A 500 metros más o menos encontraron esa mina, la cual procedieron a desactivar, pues a explotar, por supuesto, de manera controlada”, explicó el Procurador.
Sarmiento Olarte manifestó que el hallazgo de este artefacto explosivo puso en alerta a las autoridades por la posible presencia de más de estas minas antipersonal enterradas en esta zona, que pueden ser restos de una guerra pasada entre el frente de las Farc que tuvo presencia en la zona, y el Estado colombiano.
“Vaya uno a saber si hay más minas. Esto se suma al tema de los coyotes que les quitan el dinero, más los que los roban los grupos armados. También hablo de que por robarles a veces los asesinan; y ahora con minas, pues sin duda alguna se agrava más la situación de estos migrantes”.
El procurador para los Derechos Humanos informó que frente al hecho realizaron algunos requerimientos al Ejército Nacional para que verifique, con el Batallón de Desminado Humanitario, si en la zona hay más artefactos explosivos enterrados y de esta forma evitar un accidente que pueda quitar la vida a los migrantes que cruzan el Tapón.
Sarmiento informó que los coyotes están usando lanchas rápidas para sacar a migrantes de los distintos puertos en Urabá (Turbo o Necoclí). La práctica se torna peligrosa porque salen entre 7 y 8 a la vez y a altas horas de la noche, lo que pone en riesgo la vida de las personas que buscan cruzar por el Darién.
En Necoclí, el municipio del Urabá antioqueño que se ha vuelto uno de los mayores receptores de migrantes, hay un Puesto de Mando Unificado en el que se están evaluando las medidas a tomar para evitar accidentes con minas antipersonal en el Darién.
El Colombiano consultó a la Brigada 17 sobre este hecho y las posibles medidas a tomar, pero al cierre de esta edición no había obtenido respuesta de esta unidad militar.
Jalón de orejas al Gobierno
Los datos del Comando de Policía de Urabá, señalan que entre 2022 y 2023 el tránsito de migrantes por esta zona ha aumentado en un 401%; es decir, entre enero y febrero de este 2023 ingresaron 50.135 personas, cifra descomunal en referencia a los 10.006 que lo hicieron en el mismo lapso pero en el año anterior.
Por esta razón en Necoclí temen por una nueva emergencia como la que se vivió en el 2021 cuando se represaron más de 22.000 migrantes en Necoclí ante el cierre de fronteras desde Panamá.
Las difíciles condiciones de paso migratorio por el Tapón del Darién fueron el motivo por el cual la Procuraduría hizo un llamado al Gobierno para que preste atención a la dura situación del migrante.
La procuradora Margarita Cabello aseveró que cuatro meses después de las primeras alertas “no se han visto avances en las acciones, planes y programas que se deben brindar para esta población en el marco de la política integral migratoria”.
