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En el corregimiento Sevilla de Piedecuesta le ‘temen’ a la lluvia

Luego del desbordamiento de la quebrada El Manzano,que causó estragos en este sector rural, sus habitantes se declararon en alerta porque la temporada invernal no da tregua.

La tarde del pasado viernes, para los habitantes de la vereda Sevilla, cercana al casco urbano de Piedecuesta, fue de pánico generalizado.

Según narraron sus habitantes, pasada la 1:00 p.m. comenzó a llover de manera fuerte en la zona. Luego escampo y salió el sol. Después cayó un segundo aguacero y volvió a salir el sol. Sin embargo, pasadas las 3:00 p.m. del pasado 28 de abril, la lluvia regresó con más intensidad y sin asomo de que el agua iba a dejar de caer.

Sobre las 4:30 p.m., la quebrada El Manzano, que bordea el caserío, tuvo una creciente súbita, se salió de su cauce e ingresó a las viviendas ubicadas sobre la vía principal.

En una de esos humildes hogares habitan Alfonso Rico y Aminta de Rico, dos adultos mayores que establecieron su vida en Sevilla desde hace muchos años. Allí construyeron una casa de dos pisos.

Al momento de la avalancha, doña Aminta se encontraba en el primer piso y el señor Alfonso estaba en la planta superior. En la zona también vive Jaime Rico, hijo de la pareja. Él narró que “cuando vi que comenzó a bajar mucha agua me coloqué las botas, le dije a mi esposa que también se las pusiera porque se estaba poniendo todo muy peligroso. Nos llamaron de la parte alta de la vereda a decirnos que saliéramos porque la quebraba venía con mucha fuerza”.

Jaime tuvo que rescatar a sus padres cuando la creciente estaba a punto de llegar a la zona poblada. “Prendí el carro y me fui corriendo hasta donde estaba mi madre, ella entró como en pánico y tuve que llevarla cargada y la puse a salvo, igual que a mi esposa. También logré sacar a un muchacho que está en condición de discapacidad. Salí luego a gritarle a todos que se venía una avalancha. Algunos se alertaron y salieron, pero a otros les tocó refugiarse en sus propias casas”.

Uno de quienes no alcanzó a salir por sus propios medios fue Alfonso, padre de Jaime. En tal sentido, Clemencia Rico, hija del adulto mayor, dijo que “cuando vi a mi papá en el segundo piso le grité a mi hermano Jaime que él estaba aún dentro de la casa. Él y otras personas salieron corriendo, lo sacaron y lo llevaron a la parte alta. Aunque en la vivienda estaba protegido, nos asustamos porque la fuerza del agua podía derribarla y causar una tragedia”.

Cuando el nivel del agua bajó, quienes se refugiaron en la parte alta de la vereda retornaron y los que estaban en los segundos pisos bajaron a verificar las afectaciones. Según su reporte, los primeros pisos de la mayoría de viviendas quedaron inundados y varios enseres quedaron inservibles. En la casa de Aminta y Alfonso, el agua se llevó parte del mercado, la puerta del baño, los utensilios de cocina, un televisor, la nevera y prendas de vestir.

Una de las más afectadas fue la cancha de fútbol de la escuela de la zona, que prácticamente desapareció tras el aguacero. Automotores averiados, baños y habitaciones inundadas se evidenciaron a lo largo de todo el recorrido que adelantó esta redacción.

Los habitantes de Sevilla aseguran que “Dios nos protegió, estas calles parecían ríos. Para toda el agua que bajó fueron pocos los daños”.

Los damnificados recordaron que una situación similar ocurrió en 2012 cuando una avalancha arrasó son cultivos y algunas viviendas. En esa ocasión, una persona perdió la vida durante la emergencia. “Una familia perdió su vivienda y sus cosechas ese año y ahorita volvió a afectarse con las lluvias del viernes. Tememos que vuelva a llover y la quebrada se vuelva a salir de su cauce”, expresó Clemencia Rico.

¿Qué dice la Alcaldía?

Al respecto, el alcalde de Piedecuesta, Mario José Carvajal, informó que “tras la emergencia, desde las primeras horas del sábado hicimos presencia en el corregimiento Sevilla, en compañía de todos los equipos operativos de Gestión del Riesgo del municipio y el departamento. Se adelantó una evaluación de las afectaciones y acompañamiento a las familias”.

El mandatario local dijo que tras la creciente súbita de la vereda El Manzano se pueden establecer afectaciones en “acueductos, en el colegio Instituto del Oriente, que presta sus servicios en este sector, y daños en viviendas y cultivos”.

Carvajal Jaimes dijo que junto a la comunidad y organismos de socorro se intervino la zona, se adelantó limpieza de las vías afectadas con herramientas y maquinaria y se recuperaron pertenencias de los habitantes, que aún se encontraban en buen estado.

El alcalde del municipio explicó que “se hace necesario empezar a elaborar un gran proyecto para la canalización de la quebrada y la instalación de gaviones para controlar las aguas tanto de El Manzano y de la quebrada Los Cacaos”.

A la fecha se adelanta el censo de damnificados y se espera que el Comité Local para la Gestión del Riesgo de Desastres del municipio anuncie si habrá ayudas o de qué manera se apoyará a los afectados.

Asimismo, el mandatario local hizo un llamado a la comunidad para que “las construcciones se alejen de los ríos. A lo largo del tiempo, las personas buscan construir sus viviendas cerca de las fuentes hídricas y es allí donde las aguas pueden generar mayores afectaciones.

Durante la tarde del pasado sábado, la Oficina Departamental para la Gestión del Riesgo de Desastres de Santander informó que la movilidad por la zona fue rehabilitada.

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