La compra de ropa de segunda mano está lejos de acabarse, en Bucaramanga. En los últimos tres años este negocio ha tenido un despegue significativo para todo público, que ha impactado a los comerciantes de estas prendas de vestir en la Plaza Central de la ‘Ciudad Bonita’, así como a quienes han usado las redes sociales como un sitio para vender.
Lo cierto es que la pandemia, los altos costos de los insumos para las empresas textiles y la crisis ambiental desencadenada por una industria de ‘moda rápida’ ha incentivado al ciudadano a darle una segunda oportunidad a una prenda, que lo amerite.
Mary Luz López, una de las comerciantes de ropa de segunda en la Plaza Central contó que con la pandemia su negocio ha tenido más clientes que antes. “Aquí vienen mucho a preguntar ropa de dama, pantalones clásicos, vestidos, de todas las marcas o estilos”, contó.
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Lo cierto es que esta venta se mantenido en el tiempo y ahora incluso parece estar de moda.
Los precios que manejan estos negocios van desde 5 mil pesos hasta 40 mil, cuando la prenda es costosa por su marca y calidad.
Estos precios son muy competitivos frente a los costos que tiene la ropa recién sacada del almacén, incluso sí es de ‘moda rápida’, pues por más económico que sea el sitio, una prenda de vestir no tendrá un valor inferior a 10 mil pesos.
Transformación digital
Los bajos precios y una conciencia ambiental superior ha motivado a los más jóvenes a optar por la ropa de segunda. Esto ha conllevado a que el negocio de la ropa usada se desplazara a las redes sociales.
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Una de las exponentes de este mercado en Instagram es Carla Ordoñez, una estudiante de la Universidad Industrial de Santander, quien en 2018 empezó a vender su ropa por esta red social, suscribiéndose a un emprendimiento que ya lo hacía. Ahora tiene su propia empresa ‘Soulmate Clothes’.
“Últimamente, más personas están comprando ropa de segunda, saben que está en buen estado”, dijo.
Esta joven ha transformado la venta de la ropa de segunda, con un diseño innovadores en las fotos e incentivando a más personas a unirse a este movimiento de vender la ropa que ya no usan, pero que está en condiciones aptas.
Ordoñez vende prendas incluso desde 4 mil pesos, al tratarse de blusas básicas.
Las condiciones para la venta
Se ha roto el tabú de que la ropa de segunda es ropa sucia o desgastada. Esto hace parte del trabajo que han logrado los comerciantes de este nicho de mercado, al poner unas condiciones para la recolección de estas prendas.
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Por lo general apuntan a la estética de la ropa. En el caso de los negocios por Instagram, los requisitos es que no tengan rotos, ni manchas, ni motas en exceso. Además que los cierres sean funcionales.
Un requisito indispensable es la limpieza, sin embargo, la ropa que reciben es limpiada y desinfectada al llegar, por lo que garantiza la higiene exigida.