Los deterioros y colapsos estructurales del Centro Cultural y Recreativo La Cumbre, ubicado en la Comuna 8 de Floridablanca, son las causas por las cuales no se ha podido poner en funcionamiento esta obra pública mal construida que pretendía favorecer a cerca de 70.000 florideños.
Si bien, se han adelantado varios procesos para que alguien responda por esta infraestructura que costó cerca de $3.532 millones, hasta el momento todo sigue igual o peor. Las condiciones actuales del lugar son deplorables.
El mes pasado, el Juzgado Once Administrativo Oral del Circuito Judicial de Bucaramanga ordenó a la Alcaldía de Floridablanca, en fallo de primera instancia, que a más tardar en seis meses adopte las medidas administrativas, contractuales y presupuestales necesarias para garantizar los servicios del mencionado Centro, y sea aprovechado para los fines por los que fue construido.
Adicionalmente, ordenó -dada la gravedad de los hechos- compulsar copias a la Fiscalía General de la Nacional para que investigue “si con la vulneración de los derechos amparados se configuró alguna actuación punible que merezca ser sancionada penalmente”.
Este fallo hace parte de una demanda que interpuso el veedor ciudadano Marco Antonio Velásquez en 2019. Y según lo comentado a Vanguardia, “este proceso lo iniciamos buscando la restauración y terminación del Centro Cultural y Recreativo La Cumbre. Se pudo demostrar que los retrasos para la terminación de la obra fueron responsabilidad del Municipio. El quiosco y las piscinas están bastante deterioradas, lo cual ocasiona unos sobrecostos”.
A consideración de Velásquez, “lo importante acá es que con la decisión del juez se investigará a los funcionarios responsables de este daño”.
De hecho, se subraya que para ese despacho “la tardanza del Municipio de Floridablanca en poner en funcionamiento este bien estatal, por más de cinco años, denota una gestión descuidada y poco eficiente por parte de los funcionarios del Municipio de Floridablanca, siendo irrefutable que han dejado de observar el principio de responsabilidad en la contratación estatal”.
“No se puede intervenir
Fernando Mier, secretario de Infraestructura de Floridablanca, tras ser consultado por dicho fallo, respondió que este problema “no viene de esta administración, viene de muchísimas administraciones anteriores. Hasta que la oficina de contratación no defina unos temas, que debe evaluar jurídicamente, no podemos actuar”.
Según el funcionario, el Municipio está frente a un proceso de reclamación de pólizas. Sin embargo, ya se adelantó una consultoría para mirar el estado de la construcción.
“Ahora vamos a sacar una consultoría para que nos diga cuál es el lucro cesante y estado y el daño emergente que se presenta en la obra, para nosotros presentarle a la aseguradora”, aseveró.
Durante el proceso que ya falló el Juzgado Once Administrativo Oral del Circuito Judicial de Bucaramanga, se pudo establecer que la Gobernación de Santander señaló que desde el 7 de marzo de 2016 le solicitó a la Alcaldía de Floridablanca adelantar las gestiones para requerir a las aseguradoras y salvaguardar la inversión.
El Centro Cultural y Recreativo de La Cumbre quedó bajo llave hace cerca de seis años, cuando ni siquiera había cumplido un año en servicio. El 5 de marzo de 2016, el muro del ala occidental se derrumbó y, luego, se le cayó la cubierta.
Su construcción contempló un auditorio para 200 personas, dos piscinas, un gimnasio, zona de juegos infantiles y una plazoleta principal; dentro de sus instalaciones se acondicionó un Punto Vive Digital y hasta una sede de la Registraduría.
Hallazgos
En la evaluación de vulnerabilidad que se le hizo a la zona del auditorio, biblioteca y zona social, se determinó, entre varios aspectos, que la resistencia del concreto a la comprensión de las columnas realizada mediante ensayo de ultrasonido, no cumple con la resistencia del concreto especificado en el diseño.
También se reveló que el acero utilizado en la columnas está expuesto a la oxidación y corrosión; tampoco se construyeron algunas columnas del sistema de resistencia sísmica, en su reemplazo se construyeron columnas en mampostería a la vista que no tienen ninguna resistencia frente a cargas sísmicas y cargas verticales.