Con martillos y seguetas, personas inescrupulosa desmantelan el mobiliario urbano de Bucaramanga y algunas casetas ubicadas en el centro de la ciudad.
El desbarajuste se ha acrecentado durante los últimos meses, tras los actos vandálicos ocurridos en la ciudad con motivo las protestas del paro nacional y ‘amigos de lo ajeno’ que en las noches están haciendo de las suyas.
Es decir, además de los estragos que les han causado a estos elementos los actos suscitados en estas manifestaciones, se ha redoblado el accionar delincuencial de personas que hurtan aluminio, hierro, cables, tapas y demás artículos.
Barandas de puentes, señales de Tránsito, tapas de alcantarilla, contadores de agua, cables de la red semafórica, entre otros elementos, han sido robados por los delincuentes.
El mobiliario urbano, habilitado en zonas como el Centro, Conucos y Cabecera del Llano, fue desmantelado y destruido.
Y no estos sectores han sido blanco de la delincuencia. Basta con recorrer las principales vías y escenarios de la capital santandereana para encontrar rejas de puentes estropeadas, macetones de plantas y flores que existían en el urbanismo táctico robadas, señales de Tránsito en el piso, casetas de revistas desarticuladas y hasta esculturas de gran valor artístico e histórico totalmente desaliñadas.
Lo anterior, sin tener en cuenta los vándalos que a diario desmantelan la ciudad para revender en el mercado negro materiales tales como el hierro y el cobre, que hurtan de tapas de alcantarillas, cables de redes telefónicas, alumbrado y hasta de las barandas de puentes como La Flora.
Más grave aún es que el mobiliario urbano se desaparece ante la mirada de todos, sin que las autoridades tomen correctivos al respecto. Es decir, que ante esto no hay ley, pues ni la ciudadanía cuida lo que es de la capital santandereana.
Según la Policía Metropolitana de Bucaramanga, el vandalismo de las últimas semanas instó a bandas ilegales para retirar las piezas completas de hierro, algunas desarmadas.
“Todo ese material es vendido al mejor postor a chatarreros y otros comerciantes que tienen sus asientos en los mercados de las pulgas”.
Vandalismo en el centro
Para Ricardo Santamaría, dueño de una de las casetas del centro de Bucaramanga, la inseguridad se tomó la zona, los hurtos se hacen en horarios nocturnos y no hay vigilancia por parte de las autoridades.
“En el centro hay cerca de 29 casetas activas de revistas y prensa y hoy todos sus dueños o arrendatarios están atemorizados de tanto vandalismo que se está presentando. Además no hay luz en la carrera 36 y eso da pie para que se presente tanto robo con el aluminio de las estructuras”, señaló el comerciante.
