“Hay una gran esperanza de vida para la vegetación. Al abrir las hojas de los frailejones, se observó que el cogollo que permite su crecimiento permanece humedecido y protegido por las mismas hojas, al igual que su tallo”.
Esto fue lo que dijeron los expertos que visitaron en la mañana de este viernes el páramo de Berlín, para evaluar la magnitud de las afectaciones tras el incendio que afectó 315 hectáreas de vegetación.
Durante esta visita, academia, entidades, empresa privada y Fuerza Pública visitaron la vereda Ucatá, en un valle de frailejones de cerca de 50 hectáreas en el que miles de estas plantas resultaron afectadas por la emergencia.
La buena noticia, en medio de la tragedia ambiental, es que muchos de los frailejones que a primera vista estaban calcinados, estaban vivos y será posible recuperarlos.
“Hay una gran esperanza de vida para la vegetación. Al abrir las hojas de los frailejones, se observó que el cogollo que permite su crecimiento permanece humedecido y protegido por las mismas hojas, al igual que su tallo”.
Voceros de la Universidad Industrial de Santander informaron que investigadores del alma mater llegaron al alto del Picacho en la zona del Páramo de Berlín, en donde, “desde su experiencia y conocimiento, este equipo de profesores analiza la posibilidad de desarrollar investigaciones orientadas a evaluar el daño ambiental y plantear alternativas de prevención, control y restauración de las áreas afectadas y sus comunidades”.
“Aunque el panorama es triste y desalentador, hay una gran esperanza de vida para la vegetación pero depende principalmente de las condiciones ambientales y del trabajo que se pueda adelantar, estrategias de conservación del suelo y propagación de especies nativas. Al abrir las hojas de los frailejones, se observó que el cogollo que permite su crecimiento permanece humedecido y protegido por las mismas hojas, al igual que su tallo”, comentaron los profesores Diego Suescún Carvajal del programa de Ingeniería Forestal de la Sede UIS Málaga, y Javier Alberto Pinzón Torres del Instituto de Proyección Regional y Educación a Distancia (IPRED).
La actividad fue convocada por el Acueducto Metropolitano de Bucaramanga y la Cdmb, y contó con el apoyo del Ejército Nacional, organizaciones científicas, empresas privadas y universidades de la región.
El paisaje afectado
Uno de quienes conoce a la perfección la zona afectada es Nicolás Mantilla R. , empresario de la zona de páramo en el corregimiento de Berlín.
Mantilla Reinaud manifestó que, además del valle de frailejones, otras tres zonas de al menos 250 hectáreas sufrieron graves daños. “Hay un sector en el que había pajonales de páramo, cardos y pasto. También se quemó un bosque de pinos pátula y cipreses, con árboles hasta de 20 metros de altura y que había sido sembrado hace muchos años”.
Uno de los ecosistemas más importantes en cuanto a su diversidad y que fue afectado por el fuego es conocido como un bosque de niebla. En él había presencia de árboles de roble, alisos y pajonales, así como de venados, aves como colibríes, roedores y pequeños felinos.
Este paisaje fue catalogado desde hace décadas como un ecosistema de niebla en el páramo y como una ruta por la que transitan especies que se encuentran en peligro de extinción.