Las autoridades locales reforzaron las acciones preventivas contra este flagelo.
Se calcula que en Bucaramanga y su área hay más de 14 mil niños y adolescentes sometidos a trabajos y oficios, que en la mayoría de casos los alejan de los procesos de escolaridad y de los ratos de esparcimiento y recreación propios de la infancia y de la adolescencia.
Los expertos resaltan que las estadísticas de la población infantil que trabaja continúan en descenso. No obstante, preocupa que se existe un aumento considerable en el índice de menores que se ven obligados a realizar quehaceres por prolongados momentos, incremento que se evidenció justamente en medio de la pandemia.
En Bucaramanga y su área este indicador es de 2,0%. Hay más de 4.100 niños que ejercen labores remuneradas. El índice más alarmante es el de oficios en el hogar, con una tasa de 5,2%.
De acuerdo con estas estadísticas del Dane, se calcula que en nuestra conurbación más de 11 mil infantes y adolescentes se ven obligados a realizar oficios en el hogar durante más de 15 horas diarias.
Acciones contra la mendicidad infantil
Ventas informales, labores de limpieza, carga y domicilio en plazas de mercado y tiendas, lavado y aseo de automóviles, son algunos de los trabajos desempeñados por dicha población en el área metropolitana.
Pero en los últimos dos años aumentaron los casos de un flagelo que también incide en esta problemática: el uso de niños en actividades relacionadas con la mendicidad. Las autoridades han evidenciado la instrumentalización de infantes. De hecho, se ha denunciado el presunto alquiler de menores para pedir dinero en las calles.
En lo corrido de 2020 alrededor de 50 menores de edad fueron ‘rescatados’ de las calles mientras se encontraban acompañados de adultos que en esos momentos pedían dinero en esquinas y escenarios públicos. Durante el primero trimestre de 2021 se contabilizaron 30 ‘rescates de este tipo’.