Q’hubo consultó con Esley Vásquez, destacada heredera de una de las familias más comprometidas en preservar el folclor, las tradiciones y la rica gastronomía veleña, quien habló sobre la antigua tradición colombiana por los dulces.
Entre las exquisiteces que se resaltan en Santander, Vásquez destacó el bocadillo veleño, un producto con denominación de origen arraigado en la provincia de Vélez, y el queso de hoja, una delicia artesanal que se remonta a épocas antiguas en los campos colombianos.
La creatividad de los campesinos, mezclada con la necesidad de conservar los productos del campo como la leche, transformada en cuajada y quesos y la pulpa de guayaba mezclada con azúcar para dar origen al bocadillo, nos entregan estos dos productos, pero ¿quién se encargó de hacer esta exquisita combinación?
Julio Nieves, gestor cultural y director del museo de Vélez, compartió con Vanguardia su perspectiva única sobre la fascinante fusión entre el bocadillo veleño y el queso de hoja. Según Nieves, esta sorprendente combinación no fue resultado de un plan premeditado, sino más bien el fruto de un experimento llevado a cabo por la comunidad local. “La misma gente fue haciendo esa parte del experimento, el bocadillo es dulce y el queso hace un contraste interesante por su sabor, una combinación para el gusto, que no fuera empalagoso”, sostuvo.
La historia detrás de esta combinación revela cómo el ingenio y la creatividad de la gente local dieron origen a un dúo que ha resistido la prueba del tiempo y ha conquistado los corazones de quienes se aventuran a probarlo. Ahora, si aún no hace parte de esta exquisita experiencia, en el vibrante corazón de Bucaramanga, la plaza central es testigo de esta tradición. Con un costo entre dos mil y dos mil quinientos pesos por porción, esta deliciosa pareja se presenta como una opción tentadora para quienes buscan deleitar sus sentidos.
Un clásico que no se quedó en bocadillo y queso
En los rincones más auténticos de Santander, esta combinación ha trascendido las barreras de lo convencional para conquistar nuevos horizontes gastronómicos. Ahora es posible deleitar esta exquisita mezcla en asaderos locales y restaurantes, donde la creatividad culinaria ha llevado esta pareja perfecta a nuevos platos.
Imagina un plátano asado que se deshace en tu boca, impregnado con la dulzura inconfundible del bocadillo veleño y el sabor único del queso.
Este matrimonio de sabores no solo ha conquistado los corazones de los locales, sino que también se ha convertido en una sensación en la escena culinaria de Santander. Además, encontrarás esta combinación como relleno de un pan fresco, conocido como suspiro.
Hablando con chefs locales y promotores del bocadillo, encontramos además que en la reciente versión del Reinado Nacional del Bocadillo en el municipio de Vélez, que contó con representación de 11 departamentos, se realizó el concurso ‘Sabores de mi Tierra’, donde cada una de las candidatas debía fusionar el bocadillo con un plato típico de su región. Una experiencia que deja esta combinación clásica como conquistadora no solo de los paladares santandereanos sino de toda Colombia.