La música colombiana llegó hasta el Festival y Concurso Internacional Música del Mar, en España. El derroche de talento de Annie Mariam Prada Garnica y Steven Alejandro Sandoval Hernández hicieron sonar el piano al ritmo de la música de nuestro país. Y el sueño no acaba allí. Lograron ocupar el primer y segundo lugar en la categoría de piano solo.
Esta competencia de música instrumental, que además reunió un espectáculo de danzas folclóricas de diferentes partes del mundo, le brindó a estos dos niños santandereanos la posibilidad de llevar su talento a otro nivel y representar a América Latina en el escenario.
En diciembre del año pasado decidieron participar en el concurso con la expectativa de poner en práctica sus años de estudio. De la mano de Silvia Cortés, creadora y tutora de “Tu escuela de piano”, y tras recibir la carta de confirmación de la organización de la competencia, se prepararon para mostrarle al mundo su talento.
Steven Alejandro Sandoval Hernández ocupó el primer lugar, categoría piano solo (10 a 12 años). Tiene 11 años, nació en Bogotá, pero vive en San Gil. Desde allí, durante un año y medio ha venido perfeccionando su talento.
“El objetivo de la escuela es llevar las clases más allá del aula. Desde siempre hemos tratado de buscar actividades que motiven la formación pianística y que esto contribuya a que el nivel artístico aumente y sea de mejor calidad”, explica la directora de la escuela.
¿Cómo lograron ser los mejores?
No fue un camino fácil. Pero con talento, disciplina y compromiso todo es posible. Ambos artistas dan fe de ello.
“La preparación para el concurso fue desde enero (pasado) practicando, trabajando muy duro y estando siempre frente al piano encarando y diciéndole: voy a lograr esta pieza”, señala Annie Mariam.
Pasaron de tener una clase, a estar con ‘la profe’ de dos a tres veces por semana. Fue un entrenamiento intensivo, pero que además los llevó a otros escenarios.
Annie Mariam Prada Garnica ocupó el segundo lugar, categoría piano solo (menores de 9 años). Tiene nueve años, nació en Bucaramanga y lleva casi tres años estudiando piano.
Tuvieron varios conciertos en mayo. Tocaron en la Casa del Libro Total de San Gil, en la Universidad Autónoma de Bucaramanga. Participaron en talleres y hasta en clases magistrales, una de ellas con la maestra Ana María Ortiz, de Medellín. Y uno de sus lugares de ensayo fue el Teatro Santander. Desde el principio estas dos promesas de la música brillaron, para llevar a España un nivel muy alto.
“Los padres de familia nos ayudaron demasiado en casa para que los chicos todos los días estuvieran tocando y practicando. Porque el repertorio que se propuso para el concurso era bastante exigente y, por supuesto, fue un reto para ellos tener que montarlo y tener que trabajar todos los días para que este repertorio estuviera listo”, subraya Silvia Cortés.
Aunque el concurso fue en junio, en mayo pasado ya tenían listas todas las piezas. Porque el último mes lo dedicaron a la preparación psicológica y física para tocar en el concurso.
La competencia
“Fue una experiencia algo extraña porque visité un país diferente, conocí nuevas culturas, además de eso toqué en un castillo frente al mar y fue inolvidable”, manifiesta Steven Alejandro.
Porque a pesar de los nervios, su talento fue su carta de presentación, y sus medallas, la recompensa.
“Cuando supe que gané un premio fue algo increíble para mí porque nunca había ganado algo tan grande y menos en un país que no es mi tierra querida, Colombia. Y al momento de recibirlo casi que exploto de la felicidad por ganar ese diploma y esa medalla”, comenta Annie Mariam.
Fue un reto para todos, y en varios aspectos. Ellos eran los únicos niños hispanohablantes en la competencia. Tuvieron que poner a prueba no solo sus habilidades artísticas sino también superar las barreras del idioma para conocer las historias de otros niños, que como ellos, persiguen el sueño de ser reconocidos como grandes pianistas.
Las familias fueron clave en el proceso, porque el apoyo económico para que Annie Mariam y Steven Alejandro viajaran a representar a Santander, y el país, nunca llegó.
“Realmente por el tema económico hemos sufrido muchísimo porque no ha habido apoyo por parte de ninguna entidad para ellos (los niños). Esperamos que este premio y reconocimiento que lograron ellos acá en España, nos abra las puertas más adelante para que puedan ir más niños, promover la cultura”, resalta Silvia.
Sin embargo, su talento y merecida medalla, sigue siendo la noticia para el departamento. “El festival es algo inolvidable, algo que ni yo puedo comentar. Fue una mezcla de emoción, nervios, orgullo, y sobre todo asombro por todo lo que he logrado en estos 9 años de vida. Me alegra tener a mi familia apoyándome y siempre tenerla a mi lado”, narra Annie Mariam.
Luego de esta enriquecedora experiencia esperan conocer más sobre el piano, la música y el intercambio cultural.
