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En Santander, la mujer que se convirtió en la primera en implantar un corazón en un adulto

Lorena Montes Villalobos, una de las referentes de la cirugía cardiovascular en el país, marcó un hito en Bucaramanga al convertirse en la primera mujer en implantar un corazón artificial para un paciente adulto

Un par de muñecos que abría y luego volvía a coser fueron los primeros pacientes de Lorena Montes Villalobos, una de las referentes de la cirugía cardiovascular en Colombia. Tenía cinco años cuando descubrió que se dedicaría a la medicina, pero no fue sino hasta su pregrado en la Universidad del Valle que supo la especialidad que elegiría.

En ese camino conoció la historia de Aminta Capasso, quien en 1981 se convirtió en la primera cirujana cardiovascular en Colombia. Así como otras mujeres, Lorena siguió su ejemplo para ser una de las 22 especialistas con las que cuenta actualmente el país en este campo.

“Hoy representamos el 13 % del total histórico de cirujanos cardiovasculares en Colombia. De verdad que el cambio ha sido ostensible”, dice la doctora Lorena, presidenta del comité de mujeres en cirugía cardiaca de la Asociación Latinoamericana de Cirugía Cardiovascular y Endovascular (LACES, por sus siglas en inglés).

Desde ese rol busca visibilizar el esfuerzo de todas las profesionales y promover condiciones favorables para que cada vez más mujeres puedan formarse en esta área y desarrollar sus labores con todas las garantías.

De acuerdo con una de sus investigaciones, entre 1980 y el 2000, únicamente seis mujeres se graduaron de programas de cirugía cardiovascular en el país o fuera de este (en México por ejemplo) y terminaron ejerciendo en Colombia. A partir del 2000, el crecimiento acumulado casi que se cuadruplicó para llegar a la cifra actual (22).

“Cuando se analiza el panorama se encuentra que la flechita va hacia arriba, que todo va mejorando. Aunque la razón es multifactorial, ha sido fundamental el entorno actual del mundo, en el que se hace mucho énfasis en el valor académico, científico y quirúrgico de las mujeres”, expresa la especialista, quien asumió recientemente el cargo de colíder de asuntos internacionales de Mujeres en Cirugía Torácica (WTS, por sus siglas en inglés), ente que reúne a todas las profesionales del planeta en este campo.

La mayoría de las especialistas en el país se concentran en Bogotá, Medellín, Cali y Bucaramanga, donde
precisamente ella, como cirujana del Instituto Cardiovascular del Hospital Internacional de Colombia, marcó un hito al ser la primera mujer en Latinoamérica en implantar un corazón artificial para un paciente adulto.
Este dispositivo, conocido técnicamente como HeartMate III, se encarga de utilizar energía eléctrica para reemplazar totalmente la función del ventrículo izquierdo del corazón y bombear la sangre a todo el cuerpo. La cirugía, que se realizó en septiembre de 2022, fue todo un éxito. “No era que yo pensara ‘quiero ser la primera’, no, para nada, pero uno va haciendo pinitos y siempre busca mejorar. Realmente el caso fluyó y desde entonces he podido, con ayuda de todo el equipo, implantar tres dispositivos más”, asegura la especialista.

En el Instituto Cardiovascular del Hospital Internacional de Colombia, la doctora Lorena comparte su pasión con dos colegas más, las cirujanas Sara Mendoza Crespo y Diana Fajardo Jaramillo, que también hicieron historia al ser las primeras en Latinoamérica en implantar un HeartMate III en un menor de edad (julio de 2022).

“Que hoy quienes implantemos corazones artificiales en la institución seamos mujeres es un espaldarazo grande e importante, más cuando esta era una técnica que en los diferentes países latinos sólo la hacían hombres”, concluye.

El camino para ser cirujana cardiovascular
Después de cursar 13 semestres en la Universidad del Valle, Lorena se graduó como médica y cirujana en 2007. Una vez convencida de que quería enfocarse en el corazón, se fue a España para hacer su residencia en cirugía cardiovascular en el Hospital Clínico San Carlos, donde estuvo entre 2009 y 2014.

Posteriormente fue a Alemania para formarse en el manejo de asistencia ventricular y así prepararse para el implante de corazones artificiales. “Hay que buscar siempre ser mejor en la parte formativa, académica y quirúrgica para que las cosas se vayan dando”, dice la cirujana de 40 años, quien hoy agradece a su mamá, una destacada psicóloga, por ser su fuente de inspiración.

En promedio, alguien que quiera ser especialista en cirugía cardiovascular debe dedicar entre 13 y 14 años a la academia.

“A todas las mujeres que quieran iniciar este camino o cualquiera en un área de la medicina, les digo que sí es posible. Es importante contar con apoyo familiar o de la pareja y hay que trazarse metas e irlas cumpliendo. También hay que aprender a decir no, a no disculparse por todo y a tomar lo que uno quiere sin irrespetar ni pasar por encima de nadie”.

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