La impunidad y el desamparo hacen que un hombre impotente haga cualquier cosa por combatir la indiferencia de las autoridades y la injusticia que impera en la mayoría de casos criminales.
Ese fue el gran pecado que cometió don Saulo Vicente Montenegro Montenegro, un padre de familia trabajador de 44 años, que por alzar su voz en contra de un caso de delincuencia, unos bandidos lo asesinaron en represalia.
Saulo trabajaba en una bomba de servicio del vecino municipio de Mosquera (en Cundinamarca), sitio hasta donde llegaron bribones en motocicleta y le dispararon sin mediar palabra en medio de sus labores diarias en la gasolinera.
El luto se extendió por el municipio y entre la abundante familia del querido Saulo Vicente, cuyo caso ya que está en manos del CTI de allá.
Una publicación…
La emboscada a este hombre ocurrió la noche de este lunes, pero tuvo un fatal desenlace la madrugada del martes. Los radios de las centrales municipales de Cundinamarca comenzaron a reportar la detonación de varios tiros sobre las 10:30 de la noche justo en la bomba de servicio Brío que queda ubicada exactamente sobre la Calle 13, en un sector conocido como Tres Esquinas.
Más de 6 años llevaba Saulo camellando en la bomba. Él nunca pensó que hacer un denuncio en redes sociales le costaría la vida. Q’HUBO pudo conocer que fueron dos bandidos en moto quienes llegaron hasta la bomba de servicio, identificaron a Saulo y le pegaron un tiro en la frente. La víctima quedó tendido en el suelo de la estación con su uniforme y dejó a su paso a sus colegas sumidos en la desesperación.
Una ambulancia recogió al herido. Saulo todavía tenía signos vitales y lo llevaron al Hospital de Funza Nuestra Señora de las Mercedes. Allá duró luchando por su vida hasta que cerca de la 1 de la mañana confirmaron la lamentable muerte.
De acuerdo a las autoridades, Saulo había sido víctima de hurto hace un mes. Unos bandidos le habían hurtado el celular y el señor no pudo quedarse quieto ante el atraco y optó por buscar por sus medios información de los asaltantes. De alguna manera don Saulo dio con ellos y en su afán porque se hiciera justicia, publicó sus fotografías en redes sociales, denunciando el atraco que había sufrido. Esto fue suficiente para que los criminales cocinaran el plan para asesinarlo.
En manos del CTI está el encontrar a estos bandidos que cobraron con una vida, una denuncia legítima. Se espera que el caso de Saulo no quede impune para que su memoria reste como él seguramente lo hubiese deseado.
