La reubicación de decenas de familias, la activación oportuna de planes de evacuación por parte de comunidades y el control de las autoridades en zonas de alto riesgo han prevenido catástrofes con muertos o heridos de gravedad, a raíz de desastres naturales ocurridos durante el presente año.
Pese a dichos esfuerzos, las inclemencias del tiempo y la fuerza de la naturaleza causaron estragos y afectaciones en 460 núcleos familiares en lo corrido de 2022. Hasta la fecha se registran pérdidas materiales únicamente.
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El balance que obtuvo este viernes Vanguardia, a través del Gobierno de Bucaramanga, advierte que existen tres escenarios de riesgo y desastre que preocupan a las autoridades en estos momentos, y sobre los cuales se hizo un especial llamado de atención a la ciudadanía con el fin de atender recomendaciones e instrucciones brindadas por los cuerpos de socorro y Policía.
En medio de las lluvias más recientes se notificaron emergencias menores en la capital santandereana, como desprendimiento de ramas de árboles y deslizamientos leves. En algunas vías se bloqueó el sistema de desagüe y alcantarillado. En general las precipitaciones ‘no pasaron a mayores’ este viernes.
Los eventos más graves reportados en 2022 se presentaron en el barrio Nariño, a comienzos de la vigencia, en donde un talud cedió y dejó prácticamente en ‘el aire’ las viviendas de 17 familias. Otra situación de gran magnitud se registró en el sector de Luz de Salvación, en donde 214 familias resultaron afectadas en febrero pasado debido a múltiples deslizamientos de tierra.
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En las últimas horas se redobló la vigilancia y las labores de monitoreo a lo largo del río de Oro, en donde se tienen identificadas 13 comunidades en alto riesgo de inundación, solamente en territorio de la capital santandereana. El Gobierno de Girón también vigila de cerca dicho afluente metropolitano para alertar oportunamente a los gironeses.
En medio de las lluvias más recientes se notificaron emergencias menores en la capital santandereana, como desprendimiento de ramas de árboles y deslizamientos leves. En algunas vías se bloqueó el sistema de desagüe y alcantarillado. En general las precipitaciones ‘no pasaron a mayores’ este viernes.
Los eventos más graves reportados en 2022 se presentaron en el barrio Nariño, a comienzos de la vigencia, en donde un talud cedió y dejó prácticamente en ‘el aire’ las viviendas de 17 familias. Otra situación de gran magnitud se registró en el sector de Luz de Salvación, en donde 214 familias resultaron afectadas en febrero pasado debido a múltiples deslizamientos de tierra.
En las últimas horas se redobló la vigilancia y las labores de monitoreo a lo largo del río de Oro, en donde se tienen identificadas 13 comunidades en alto riesgo de inundación, solamente en territorio de la capital santandereana. El Gobierno de Girón también vigila de cerca dicho afluente metropolitano para alertar oportunamente a los gironeses.
Los tres escenarios que más preocupan
Luis Ortega Martínez, director de la Umgrd en Bucaramanga, alertó a los bumangueses y precisó que “la primera situación para tener en cuenta son las inundaciones, por posibles crecientes súbitas. Ya tenemos identificados 13 sectores en donde posiblemente se nos pueden presentar inundaciones. Llevamos a cabo labores de información y de generación de conciencia con las comunidades sobre las amenazas que existen y la importancia de seguir los planes de evacuación.
“Hemos visitado e inspeccionado sectores como La Playa (orillas del río de Oro), allí reubicamos a 17 familias y las trasladamos a una zona más segura. Los apoyamos con materiales para que pudieran reconstruir sus viviendas”, agregó el funcionario.
En la tarde de ayer el río de Oro casi alcanza su cota máxima de inundación, de acuerdo con el reporte entregado por el Cuerpo Oficial de Bomberos de Bucaramanga. Estuvo a cerca de 30 centímetros de un posible desbordamiento en sectores como La Playa y Puente Nariño.
Ortega Martínez indicó que el segundo escenario de riesgo inminente es la caída o colapso parcial de árboles. “Por ejemplo, en sectores como el asentamiento humano Villas de Girardot, en donde conviven cerca de 1.200 familias, la amenaza que existe es producto de los árboles frondosos que hay allí.
“A pesar de que hemos hecho intervenciones con Bomberos y con la Secretaría de Infraestructura para retirar algunas especies, el riesgo aún es inminente. Cuando hay fuertes vientos o vendavales, muchas ramas caen sobre los techos de estas viviendas”, explicó el Director de la Umgrd en Bucaramanga.
El tercer escenario de riesgo tiene relación con la línea de erosión que existe en la ciudad y que se extiende por cerca de 51 kilómetros, en la zona occidente. Esta condición del terreno afecta a más de 40 vecindarios y comunidades, de acuerdo con los estudios más recientes publicados por la Administración Municipal.
“Un claro ejemplo es lo que pasó recientemente en el barrio Nariño. Allí tuvimos que hacer una intervención inmediata e hicimos la declaratoria de calamidad pública. En un trabajo mancomunado entre empresas de servicios públicos, CDMB y Alcaldía se logró ejecutar un plan de acción y en estos momentos las obras avanzan. Esperamos terminar estos trabajos en cerca de cuatro meses”, indicó Ortega Martínez.
