El fin de semana el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane) dio a conocer que la inflación mensual de enero se ubicó en 1,67%, una de las más altas en los últimos 20 años. La variación anual también mantuvo su ascenso y se colocó en 6,94%.
No obstante, este indicador varía por divisiones de gasto. Por ejemplo, el sector de restaurantes y hoteles tuvo una variación de 10,73%, mientras que el sector de muebles y artículos para hogar subió 7,12% su precio anual. En esta línea, el sector de alimentos y bebidas no alcohólicas fue el que más se encareció entre el pasado enero y el mismo mes de 2021, pues la inflación anual rozó la cifra de 20% y llegó a 19,94%.
Eso ha llevado que los consumidores reclamen al hacer mercado, pues los precios de la mayoría de alimentos subieron, eso lo refleja la inflación mensual. El ejemplo más claro es el de la papa, el cual subió 140% desde enero del año pasado, y se convirtió en el producto más encarecido de la canasta familiar.
El gerente general de Fedepapa, Germán Palacio, explicó que esta situación se ha dado por los rezagos de la pandemia y de los bloqueos del paro nacional. Esta situación comenzó con el cierre de “hoteles, restaurantes y cafeterías, que representan 30% de nuestros canales de comercialización, lo que ocasionó que los precios de la papa bajaran a niveles mínimos”. Por esta coyuntura, cientos de productores se salieron de la producción, afectando así la oferta y, posteriormente, los precios se dispararon.
Según el estudio de precios mayoristas diarios del Dane, un bulto de 50 kilos de papa pastusa ha mostrado aumentos de 75% entre la primera semana de diciembre y la primera semana de febrero. El caso más dramático lo presenta la papa única, pues el bulto de 50 kilos en diciembre valía $70.000 y ayer el precio se ubicó en $135.000, es decir, su valor aumentó 92% en tan solo dos meses.
Otro de los principales motivos para el disparo en los precios de la papa es el alza en los costos de producción. Según Palacio, hay materias primas, como fertilizantes, que han subido hasta 100% su precio, lo que, inevitablemente, causa un aumento en sus costos, impactando así al consumidor final. Aún más si se tiene en cuenta que los insumos pesan cerca de 48% del valor final de la papa.
Para enfrentar esta crítica situación y los estragos de la inflación mensual, Fedepapa ha se encuentra trabajando de la mano con los productores para su formalización en cooperativas y asociaciones. Con esta acción, se ayudará a que los productores rurales consigan un buen precio por la papa y que “las grandes centrales de abastos no sean los que le ponen el precio al producto”, aseveró Palacio.
Expertos, como Ricardo Arenas, investigador de Fedegán, aseguran que se deben buscar prácticas más sostenibles, utilizando menos materias primas, reduciendo así el costo de producción.
Además, “si bien es cierto que los costos de producción han subido, el país necesita reducir sus costos de intermediación, un problema serio para el consumidor”, recalcó Arenas.