Además de ser considerado uno de los pueblos más bonitos de Colombia y estar entre los principales jalonadores del turismo en Santander, en los últimos años Barichara se ha convertido también en el foco de desarrollo de proyectos urbanísticos que terminan en líos judiciales y amenazan con afectar el desarrollo del municipio.
El último caso, del que este medio había advertido en septiembre pasado, fue confirmado esta semana por el Juzgado Administrativo Segundo de San Gil, que le ordenó a la administración municipal suspender provisionalmente todo lo relacionado con el proyecto El Tejar Campestre, en el que se comercializaban 115 lotes.
La violación a las normas urbanísticas y ambientales de la licencia otorgada en 2015 por la Alcaldía, tiene también en el ojo de la opinión, a Alfonso Rodríguez Patiño, alcalde del municipio, quien además es sobrino de Teresa Patiño, la líder dicho de proyecto de loteo.
Aunque no hubo declaraciones oficiales, este medio pudo conocer que la Secretaría de Planeación del municipio ya recibió la notificación de la orden judicial y procederían a cumplirla.
Por la relación del alcalde con el proyecto, también se conoció que Rodríguez Patiño le había solicitado a la Procuraduría General de la Nación el nombramiento de un alcalde Ad hoc para que trate todo lo concerniente al tema y dicha petición ya había sido transmitida al Ministerio del Interior.
Esta no es la primera vez que un alcalde de Barichara termina vinculado con proyectos urbanísticos. Israel Agón, anterior burgomaestre del municipio, aún enfrenta procesos judiciales por el proyecto denominado La primavera.
A estos se suman los locales abandonados en la entrada del municipio, obra que fue suspendida desde 2017 por romper los lineamientos de protección histórica y no contar con la aprobación del Ministerio de Cultura.
Dicho proyecto fue gestionado por un hijo del entonces concejal Otoniel Bayona y tuvo la aprobación de la licencia de construcción por parte de la Secretaría de Planeación local en el mandato de Agón.