Mujeres valientes, guerreras, imparables… así como Pura Lurán Ortiz, quien desde hace más de diez años lucha contra las injusticias, las discriminaciones, el racismo así como los estigmas que a muchas les han arrancado sueños y anhelos.
Pero con ella no ha podido nadie. Hace 13 años cuando por el paramilitarismo salió desplazada desde Santa Marta con su esposo y sus cuatro hijos, se empeñó en desarrollar sus proyectos.
Por fortuna encontró a un amigo de la iglesia a la que pertenece, quien la orientó para que llegaran a Santander e iniciaran una nueva vida.
Lo que no sabía era que ese cambio le costaría tanto.
Derecho a la educación
Sus hijos necesitaban estudiar, pero cuando intentó matricularlos en una institución educativa de la capital santandereana, se enfrentó a los primeros ‘impedimentos’.
“Llegué a Bucaramanga, puse la denuncia por desplazamiento e inicié el proceso para trasladar a mis hijos al colegio, pero fue muy difícil.
“La Directora no me los dejaba matricular porque decía que la educación de la Costa era muy mala y que con desplazados no era seguro. Intenté muchas veces y me los rechazaron”.
Mientras encontraba la forma de ingresarlos al colegio, estuvo con ellos en una pequeña oficina de la Secretaría de Educación de Bucaramanga, recibiendo de manera virtual los trabajos y talleres de la antigua institución educativa de donde venían sus niños y así fue como pudieron culminar el año escolar.
“Un ingeniero se dio cuenta de lo que pasaba y nos ayudó a entrar al colegio. Gracias a él mis hijos ya son bachilleres y siempre mantuiveron las mejores calificaciones”.
Guerrera de los derechos
Por todo lo vivido, sostuvo, “inicié mi trabajo por las comunidades de mi raza, de mi gente; trabajar por la defensa de los derechos humanos, porque uno ha vivido la vulneración de los derechos, la discriminación. Aunque digan que no, sí hay. Parte de la discriminación es que lo invisibilizan a uno”.
En Girón conoció muchos casos similares a los suyos y decidió instalarse allí para ayudar en todo lo que pudiera a estas comunidades.
Pura afirma que en el municipio hay por lo menos 1200 personas ‘afro’ a quienes es necesario ayudar.
“Seguí mi proceso de liderazgo haciendo esa visibilización y en el 2016 se hace por primera vez un reconocimiento a la comunidad afro.
“Hoy en día tengo participación en espacios del orden departamental, municipal y nacional. Se ha hecho influencia para la mujer”.
Hace parte del Consejo Consultivo de Mujer Departamental por las Mujeres Afro, la Mesa de Participación de Víctimas departamental como suplente por la comunidad afro, el Consejo de Participación Ciudadana de Girón en el tema de víctimas, en la Mesa de mujer y equidad de género del municipio “y también hago parte del movimiento de mujeres del departamento de la mesa de garantías de los derechos de líderes y lideresas de Santander”. Un trabajo ideal para una fecha como hoy.