Según señaló Carlos Tamayo, jefe de disposición de Emvarias, se están realizando 14 viajes diarios desde Girón y Floridablanca. Sin embargo, los 600 kilómetros de recorrido, señaló el funcionario, generan un riesgo por la posible fuga de lixiviados de los vehículos.
Al margen de esta dificultad logística, Tamayo señaló que la capacidad del relleno, que está en un 95% y cuyo último vaso disponible tiene vida útil hasta septiembre de 2023, no se verá afectada por la disposición de residuos provenientes del vecino departamento.
No obstante el funcionario manifestó que trabajan desde ya en la posibilidad de una ampliación del relleno para que su vida útil se extienda hasta 2030.
Las autoridades de Floridablanca, junto con la Gobernación y la Procuraduría General de la Nación, buscan llegar a un acuerdo con el municipio de Aguachica, Cesar, para que reciba los residuos que ya afectan a 16 municipios santandereanos, luego de que la Superintendencia de Servicios Públicos ordenara a la alcaldía recibirlos tras analizar que el relleno Las Bateas cuenta con la capacidad para ofrecer una solución temporal durante la emergencia.
Sin embargo, el alcalde Robinson Manosalva reiteró su negativa, la cual recibió apoyo de congresistas del departamento, argumentando que esto acortaría tres meses la vida útil del relleno que, según la licencia ambiental de la Anla, finaliza en 2027. “Me mantengo en un ‘no rotundo’ a las basuras del área metropolitana de Santander”, dijo el mandatario local.