Niñas campesinas, víctimas del conflicto o en condiciones económicas desfavorables que se destacan por su excelente desempeño académico disfrutan de su estadía en Houston, Texas.
Las pequeñas, que tienen entre 8 y 14 años de edad, han tenido la oportunidad de compartir con miembros del Centro Espacial Johnson de la Nasa, gracias a la fundación She-Is y el apoyo de Ecopetrol, gobiernos locales y la Gobernación de Santander.
Una de las afortunadas es Daniela Arango, oriunda del corregimiento El Llanito, quien relató que ha sido una experiencia increíble. Durante el primer día de la travesía fueron recibidas por el Presidente, Vicepresidente y Junta Directiva del Centro Espacial.
Seguidamente, recorrieron las instalaciones. «Conocimos el primer cohetes y los 17 Apolo que se hicieron. También nos contaron sobre el cohete Saturno, que fue el primero en llegar a la Luna. Es una cosa de locos».
Uno de los primeros desafíos de las niñas ha sido construir sus propios prototipos de cohetes, según lo aprendido. «Nos divertimos y trabajamos».
Otro de los temas de aprendizaje fue la gravedad y el comportamiento del cuerpo en el espacio. «Nos llamó mucho la atención los datos curiosos. Al momento de estar en el espacio la espina dorsal se extiende, los músculos se relajan y perdemos masa muscular».
El viaje
Lyda Marcela Christian Carvajal, gestora social de Barrancabermeja, precisó que el viaje hacia Estados Unidos arrancó hacia las 11:30 p.m. del pasado sábado desde Bogotá. A su llegada a Houston las homenajearon con un espectáculo de bienvenida y realizaron un recorrido por el Centro Espacial.
«Es un lugar de entrenamiento y maquetas de vehículos espaciales. Hay un parque de cohetes maravilloso. Las niñas pudieron ver el primer cohete que se hizo por partes en los años 60. Verlo en su plenitud es algo impresionante. Tiene 110 metros de alto, más o menos equivale a la Estatua de La Libertad», describió la mujer.
Christian Carvajal aseguró que incluso los adultos que acompañan a las menores sienten fascinación ante los avances de la ciencia que han evidenciado de cerca.
«Es un privilegio que no tienen muchas personas. Solamente 150 astronautas en todo el mundo hacen parte de esta maravillosa experiencia. Las ganas de experimentar, conocer y seguir conquistando el espacio es una de las prioridades de la NASA, por lo que siguen preparando seres humanos para llegar a estas misiones».
El regreso de las niñas a Santander está previsto para el próximo sábado y estarían de vuelta al Puerto Petrolero el domingo. «Lo importante es que se llenen de conocimiento para que vuelvan cargadas de mucha alegría e información para compartir con todas sus comunidades».
