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Las dudas que rodean el asesinato de un joven a manos de encapuchados en Bucaramanga

Tres hombres vestidos de negro y encapuchados asesinaron a Ronald Julián Acosta Flórez, un joven domiciliario en Bavaria II, norte de Bucaramanga.

A Ronald Julián Acosta Flórez, de 19 años de edad, lo asesinaron tres hombres vestidos de negro y encapuchados. Ocurrió el pasado sábado 19 de octubre, a las 8:30 de la noche en el parque lineal del barrio Bavaria II, en Bucaramanga. Uniformados que hacían una ronda por el sector escucharon los múltiples disparos y alcanzaron a divisar a los pistoleros. 

En medio de la persecución, uno de los hombres armados intercambió disparos con los policías, quienes alcanzaron a herirlo. Sin embargo, los tres señalados asesinos lograron escabullirse.

Al respecto, el general Henry Yesid Bello, comandante de la Policía Metropolitana de Bucaramanga, señaló que, a partir de entrevistas a testigos, se pudo determinar que los tres presuntos agresores portaban un revólver y un arma de fuego tipo escopeta.

“Se han realizado las entrevistas pertinentes, sobre todo porque en el momento del hecho había una población flotante importante en el parque lineal. También se destinó un equipo especial para esta investigación”, aseguró el general.

Las autoridades también revelaron que Ronald Julián Acosta Flórez fue acribillado mientras observaba un encuentro deportivo en la zona, al parecer, acompañado de otros hombres.

No tenía antecedentes judiciales ni amenazas

Pese a que testigos han aportado información relevante para esclarecer el hecho, lo cierto es que para la familia de la víctima existen más dudas que certezas. Un ser querido de Ronald le contó a Vanguardia que el día que ocurrió el homicidio, el joven de 19 años había compartido con su esposa y su hija, de tan solo 1 año de edad.

Él estuvo en el sector Los Colorados en donde vivía la mamá de la niña. Compartió con ellas y salió. Aunque la bebé intentó disuadirlo para que no se fuera, Ronald salió y no dijo para dónde iba”, contó el familiar.

Sin embargo, su familiar manifestó que Ronald Acosta era un hombre que trabajaba honradamente y no tenía vínculos con ningún expendedor, como lo afirmaron algunos portales de noticias. “Él no tiene ningún antecedente judicial; en el informe forense nos corroboraron que no consumía drogas, porque ante la falta de datos, nosotros preguntamos en Medicina Legal cuando le realizaron la autopsia”, agregó.

Las autoridades le confirmaron a Vanguardia que, efectivamente, la víctima no tiene anotaciones ni procesos judiciales.

Allegados al hoy fallecido señalaron que se dedicaba a hacer domicilios y trabajos de jardinería en las fincas de Ruitoque. De hecho, uno de sus jefes le había ayudado a adquirir el crédito para comprarse la motocicleta con la que realizaba las encomiendas.

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“Desde muy pequeño estuvo trabajando en Ruitoque. Era un ‘pelado’ de confianza en varias fincas y de hecho, cuando murió, sus jefes y compañeros aportaron a los gastos fúnebres por el aprecio que se había ganado”, dijo su familiar.

Así las cosas, sus seres queridos piden a las autoridades que su homicidio no quede impune y se esclarezcan las circunstancias o los motivos de su fallecimiento.

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