Como Óscar José Gómez Parra fue identificado el hombre que fue asesinado en el barrio Panamericano, de Cúcuta, por sicarios que se movilizaban en motocicleta.
Hacia las 7:00 p.m. del pasado domingo, 18 de agosto, ocurrió el crimen. Gómez Parra, según se conoció, se encontraba en la manzana 5 con lote 8, cuando los delincuentes lo interceptaron y le dispararon en repetidas ocasiones. Fueron por lo menos unas ocho detonaciones las que se escucharon esa noche.
“Los disparos se escucharon en todos lados. Acababa de pagarle, en el momento en que todo pasó. Cuando empezaron los totazos, yo había entrado a mi casa y del miedo me arrojé al piso”, dijo al diario La Opinión un residente del sector.
Óscar José, quien tenía 37 años y se desempeñaba como vigilante informal, perdió la vida en el lugar. El cuerpo quedó tendido boca abajo en una de las calles del barrio Panamericano. Presentaba cinco impactos de bala.
Al sitio arribaron varias patrullas de la Policía Metropolitana de Cúcuta y confirmaron el que el hombre no tenía signos vitales. Luego la Brigada Interinstitucional de Homicidios (Brinho) se encargó de la inspección técnica y el levantamiento del cadáver. En el lugar, quedaron abandonadas ocho vainillas 9 milímetros.
Una extorsión
Este crimen, al aparecer, estaría relacionado con una amenaza que la víctima habría recibido en días anteriores por parte de una banda delincuencial.
“A mi esposo lo quisieron extorsionar, pero él nunca cedió ante ellos, por el contrario, los denunció y fueron a parar a prisión, desde entonces comenzaron las amenazas. Ellos creían que nos estábamos tapando de dinero, pero no era cierto”, aseguró a La Opinión la esposa del vigilante asesinado.
Asimismo, se conoció que desde hace varios días está rondado, por redes sociales, un panfleto de las Autodefensas Gaitanistas de Colombia, Agc, anunciando un plan pistola en la Comuna 6. Y el nombre de Óscar, aparecía allí.
El hombre, de 37 años, quien llevaba cuatro años como vigilante informal, siempre estaba al servicio de la comunidad y procuraba sacarles una sonrisa.
“Mi hermano se preocupaba por todos. Les brindaba helados a los niños del barrio, con lo mucho o poco que ganaba les daba mercados a las personas con mayor necesidad. Había planeado ayudar en la construcción de una rampa a un muchacho que está en sillas de ruedas, pero nos lo arrebataron”, dijo la hermana de la víctima.