El paso de los años trae consigo evidentes cambios físicos, uno de ellos ocurre en la piel. El envejecimiento cutáneo es un proceso natural y complejo, en el cual intervienen varios procesos químicos y moleculares que llevan al desarrollo de estos cambios.
El envejecimiento, refleja procesos naturales intrínsecos y extrínsecos. EL envejecimiento intrínseco, tiene que ver con la herencia individual y resulta del paso del tiempo, este proceso es inevitable y está fuera del control voluntario.
“La radiación ultravioleta es el principal factor externo que desencadena el envejecimiento cutáneo, pues esta radiación tiene varios efectos directos sobre la piel, como producir un daño directo sobre el DNA de las células, generando algunos fotoproductos del DNA, lo que resulta en un proceso denominado estrés oxidativo. Este proceso da como resultado la liberación de unas sustancias denominadas radicales libres, las cuales causan el daño del DNA y el daño de estructuras como el colágeno y la elastina que dan el soporte a la piel, facilitando la expresión de las líneas de expresión y las arrugas.
Inflamación de los tejidos
El estrés foto oxidativo puede causar la activación de varias vías que favorecen la inflamación de los tejidos, que, si persiste en el tiempo, se convierte en una inflamación crónica, que se traduce en los hallazgos clínicos y moleculares del envejecimiento y en la promoción de la formación de algunos tumores, especialmente en aquellas personas que tienen la predisposición genética para desarrollarlos.
Algunos procesos metabólicos, la contaminación del aire, del aguan, una alimentación baja en antioxidantes y vitaminas, contribuyen a un envejecimiento temprano.”, expresó la Gladys Melgarejo, dermatóloga de los Centros Médicos Colmédica.
La especialista ofrece a continuación, algunas recomendaciones para mantener un buen cuidado de la piel, sobre todo, cuando somos adultos mayores.
Es importante el uso de protectores solares de amplio espectro que cubran de la radiación ultravioleta. El protector solar se escoge de acuerdo con el tipo de piel y la edad de cada individuo, de allí, la necesidad de consultar al dermatólogo para que formule el más adecuado, con base en el examen clínico realizado durante la consulta.
Existen además otros elementos que pueden optimizar la protección solar, dentro de los cuales está el uso de barreras físicas, como: ropa adecuada durante la exposición solar, mangas largas, pantalones largos, sombreros con suficiente cubrimiento, sombrillas y parasoles.
Si se va a tener exposición al sol, es necesario el uso de gafas con una adecuada protección contra la radiación ultravioleta.
Evitar el consumo de cigarrillo o el tabaquismo, la falta de descanso y los hábitos inadecuados de sueño, pues estos, son otros factores extrínsecos que contribuyen al estrés oxidativo de las células de nuestro cuerpo.
Tener una dieta balanceada en la que se incluyan vegetales, frutas, té verde, alimentos como nueces, pues todos estos contienen sustancias antioxidantes, vitaminas como la E, C, y la A, y muchos otros componentes benéficos que se han venido encontrando en trabajos investigativos. Estos alimentos, aportan sustancias que van a disminuir la formación de los radicales libres que hacen denotar el paso de la edad en nuestra piel.
Los antioxidantes permiten la ralentización de los signos visibles de la edad, y en general, son importantes para todos los órganos de nuestro cuerpo, ya que actúan a nivel molecular en las diferentes reacciones químicas que ocurren en el cuerpo humano.
Dieta saludable
Por lo anterior, una dieta saludable tiene que ver con el adecuado cuidado de nuestra piel, no solo por el aporte de vitaminas y minerales, sino también, mantienen la salud del tracto gastrointestinal, aportando beneficios a la función de barrera y al equilibrio propio de la piel.
El uso de jabones y sustancias para la limpieza de la piel, al igual que las cremas hidratantes, deben ser determinadas por el dermatólogo, de acuerdo con el tipo de piel y edad de cada paciente.
Existen productos tópicos y orales antienvejecimiento que pueden contribuir a mejorar el aspecto de la piel. Hay variedad de cremas y sueros con diferentes sustancias antienvejecimiento, las cuales deben ser escogidas según la recomendación del dermatólogo.
También hay procedimientos con tecnología con láser y otros dispositivos de luz, así como la aplicación de sustancias y realización de procedimientos directamente en la piel, que pueden mejorar el aspecto de una piel envejecida. Estos procedimientos deben ser realizados por dermatólogos que tengan el entrenamiento adecuado y que apliquen la tecnología indicada para cada caso.
“La piel va cambiando en la medida que van transcurriendo los años, va perdiendo humectación y elasticidad, esto es porque se va disminuyendo el ácido hialurónico propio de la piel. Además, disminuye el colágeno, la elastina, y todo eso hace parte de un proceso natural de envejecimiento, por esto, es importante mantener la piel siempre con una adecuada limpieza, hidratación y protección de la radiación.
En general, el adecuado trato de nuestra piel a lo largo de los años, permite llegar a la edad adulta con menores problemas, pues el mejor cuidado es la prevención.
Mantener unos hábitos de vida saludables, una vida activa con ejercicios al aire libre con adecuada protección solar y una buena alimentación, es importante, para tener nuestro organismo en un adecuado balance y equilibrio”, explicó la dermatóloga de los Centros Médicos Colmédica.