Alejandra Azcárate, la reconocida presentadora, comediante y actriz colombiana, ha enfrentado los dos años con más escándalos de su carrera.
La comediante asegura que, a causa de la desinformación y una persecución mediática, se afectó su buen nombre y el de su esposo, el empresario y publicista Miguel Jaramillo.
El escándalo comenzó en el 2021 cuando una avioneta fue interceptada en el aeropuerto de Providencia, donde encontraron cerca de 500 kilos de cocaína y casi 100 millones de pesos en efectivo. Resulta que la aeronave era de Jaramillo, quien cinco meses atrás la había vendido.
Hace poco llegó la hora de sincerarse para Azcárate, pues contó durante una entrevista con el programa ‘La Red’ todos los detalles del caso. La también actriz aclaró que ni ella ni su esposo hicieron parte de un proceso judicial, pero que ningún medio se tomó el trabajo de investigar y contar la verdad de lo sucedido.
Alejandra cuenta que lo que sí recibió fue un “proceso mediático”, no solo eso, sus supuestos amigos también le dieron la espalda. Aseguró que quien cayó en la trampa fue un socio de su esposo “por un acto de buena fe”, sin embargo, este hombre no declaró ante los medios.
“Miguel nunca estuvo involucrado en un proceso. Todos eran una red de narcotráfico liderada por policías y todos fueron detenidos; los condenaron, pagaron 1.500 millones cada uno, ¿pero dónde lo dijeron?, ¿dónde lo viste?, en ningún lado, la gente se queda con el último recuerdo. Los medios no investigan, no aclaran nada”, expresó la comediante en la entrevista.
La verdadera condena
Alejandra reveló que, durante este proceso, llamó a diferentes directores de distintos medios de comunicación más grandes: “No he leído todo lo que escribieron mis muchachos” y “Nosotros siempre hemos sabido que no tienes nada que ver, pero como la Azcárate es la que nos vende”, fue la respuesta de varios de les lugares que visitó la actriz.
La presentadora expresó que se llegó a sentir defraudada: “Yo llamé a pedir misericordia y meses después siguen titulado la narcoavioneta. (…) Nadie ha salido a hablar”.
De La Espriella (firma de abogados de la Azcárate) alista las demandas de daños y prejuicios, consiguiendo no solo una retractación de las declaraciones, sino algo que implique que “se metan la mano al bolsillo”.