Su legado se ha mantenido vivo gracias a los miles de aficionados que escuchan sus canciones a diario.
El cantante y compositor de música colombiana Darío Gómez falleció el 26 de julio 2022, desde entonces fanáticos y amantes de su música no han dejado que su legado muera.
Se considera como un ejemplo por la cantidad de dificultades que tuvo a lo largo de su vida , también por lo sencillo y humilde a pesar de no haber tenido una preparación académica muy amplia. Quería ser astrónomo, pero no pudo estudiar porque le tocó trabajar en la finca que su papá recién había comprado.
Un dato curioso de Darío era que le gustaba llenar crucigramas y eso le ayudó mucho para las letras y conocer algunas palabras, ya que tuvo dificultad para estudiar y no pudo terminar el bachillerato, solo cursó hasta primaria.
En su cuenta oficial de Instagram se compartió una publicación del homenaje al ‘Rey del Despecho’: ‘¿Y tú ya estás listo para vivir este gran Festival? Te compartimos la programación, alista tu mejor actitud para cantar a grito herido y gozarte el II Festival de Música Popular “El Rey del Despecho”, un homenaje a Darío Gómez. Nos vemos los próximos 28 y 29 de julio’.
Sus seguidores siguen pendiente a cada publicación que se hace en su cuenta, en esta publicación no pasaron por desapercibidos algunos comentarios como: “Darío Gómez una Leyenda eterna”, “Te amaré por siempre gigante de la música popular”.
En una entrevista con el programa ‘La Red’ de Caracol Televisión, los hermanos del cantante ya fallecido recordaron momentos de como vivían en esa época cuando él era apenas un niño, pero ya para ese entonces tenía interés por la música.
Como todo no es color de rosa, sus hermanos comentan que su padre solía ser muy celoso con su madre, lo que llevaba a ser violento en ciertas ocasiones y la agredía físicamente. Darío cansado de los abusos, en uno de estos se le colmó la paciencia y defendió a su madre.
Los hermanos también hablaron un poco del hecho que ocurrió cuando el cantante tenía apenas solo 14 años. “Un día se le metió (al papá) unos celos con mi mamá, que nunca eran. Sufriendo aquí pegándole a mi mamá dos o tres veces en el día (…) ya Darío era el protector de nosotros aquí, era el mayor de nosotros, por eso lo queríamos tanto”.
