Esta mañana se hizo historia. Después de una campaña de expectativa que tomó semanas, la Nasa anunció en la mañana que el Telescopio Espacial Hubble, que lleva más de 30 años explorando el universo, había detectado la estrella más distante jamás vista por la humanidad y, por lo tanto, la más antigua.
Es como si la tecnología hubiera viajado en el tiempo hasta el pasado, uno en el que ningún humano y ningún animal estaba vivo, ni siquiera su idea o su posibilidad: el de hace 12.900 millones de años, tiempo que tardó la luz en llegar hasta nosotros. Es una estrella de los primeros mil millones de años después del Big Bang, pues se sabe que el universo tiene 13.800 millones de años, lo que indica, según Lauren Flor, astrofísica que estudia estrellas huéspedes de exoplanetas, que existió cuando el universo tenía solo 7 % de su edad actual”.
Lo increíble es que no fue el telescopio el que viajó, sino la luz de la misma estrella la que se manifestó. Fue un trabajo entre la estrella, el Hubble, el cúmulo de galaxias y una casualidad: los lentes gravitacionales.
El resultado es una estrellas a la que llamaron Eärendel, que significa “estrella de la mañana” en inglés antiguo, que es 50 veces más masiva y dos millones de veces más brillante en luz UV que nuestro Sol y fue un descubrimiento del programa Relics, Reionization Lensing Cluster Survey del Hubble, dirigido por el coautor Dan Coe en el Instituto de Ciencias del Telescopio Espacial (STScI), en Baltimore.
¿Por qué es importante?
Es un récord, un salto en el tiempo. De hecho, se llama “estrella de la mañana” porque ocurrió justo en el amanecer del universo. La luz de la estrella más lejana encontrada antes de Eärendel, detectada también por el Hubble en 2018, tenía tan solo 4.000 millones de años, lo que representa tan solo 30 % de la edad actual del universo, 13.800 años.
Pero, más que el récord, es la posibilidad que trae consigo: una oportunidad de conocer más sobre los inexplorados inicios, sobre la formación, la edad temprana, teniendo en cuenta que estamos acostumbrados a conocer, sobre todo, a las estrellas dentro de la vía láctea, nuestra galaxia, como explica Luz Ángela García, investigadora de la Universidad ECCI, pues “las de afuera no están tanto a nuestro alcance porque el brillo se ve opacado por el de las galaxias”.
Y es probable que Eärendel no haya tenido las mismas materias primas que las estrellas que nos rodean hoy, dicen los investigadores del Hubble, por lo que aprender sobre su composición será clave, porque se formó antes de que el universo se llenara con los elementos pesados producidos por sucesivas generaciones de estrellas masivas.
Finalmente, según Pablo Cuartas Restrepo, profesor de Ciencias Planetarias del pregrado de Astronomía de la Universidad de Antioquia, permitirá saber qué fue primero, si el huevo o la gallina, si las estrellas o las galaxias: “Todavía no entendemos muy bien estas primeras etapas de evolución del universo, en las cuales se formaron unas estrellas muy grandes. Este descubrimiento va a ayudar a los cosmólogos a entender mejor estas primeras etapas del universo y su estructura”.
¿Cómo fue posible verla?
Un telescopio puede detectar luz tan antigua o más que esta, pero sería la luz de galaxias enteras. Esta es la primera vez que se capta la de un objeto individual. ¿Cómo fue posible sobre todo con el Hubble, un telescopio ya viejito y a punto de retirarse? Se trató de un lente gravitacional.
García lo explica así: “Tenemos al Hubble y un clúster de galaxias, detrás está la estrella. Ese montón de galaxias tiene tantas masas, es tan masivo, que pueden distorsionar el espacio tiempo. La luz de la estrella, también muy brillante, es deflectada, distorsionada y magnificada por ese clúster de galaxias, lo que permite que se alcance a ver la distancia que ha viajado y la capta el telescopio”.
En otras palabras, Flor explica que “la luz se curva cerca de una concentración de masa, pero, en este caso, se trata de una masa enorme”, pues fue el cúmulo de galaxias WHL0137-08 ubicado entre Hubble y Eärendel. “Es como tener un vidrio curvo que deforma la imagen cuando miramos a través de él, se puede hacer la prueba con una botella”. El lente gravitacional, ese cúmulo de galaxias, amplificó la imagen y nos dio, ayer, la noticia histórica.
Lo más emocionante es saber que esto apenas comienza porque el James Webb ya está por comenzar operaciones.