Una mujer de la tercera edad, millonaria, inicialmente tenía a sus hijos en su testamento, es decir, que les dejaría a ellos su herencia, pero luego cambió su decisión tras ver que ninguno de ellos se tomó la molestia de ir a cuidarla mientras estaba convaleciente durante el tiempo que estuvo enferma.
Molesta, como era de imaginarse, decidió que toda su enorme fortuna sería para sus dos mascotas quienes, según la mujer, fueron los seres que siempre le hicieron compañía.
Lo cierto es que la mujer dejó estipulado que todo el dinero sería para que se cuidara a sus mascotas, incluso a las crías que pudieran tener en un futuro, pero para estar segura de que cumplirían con su voluntad y que no serían los hijos quienes administraran a su favor de este recurso, decidió que fuera una clínica veterinaria local quien administradora la herencia.
Y si bien, la señora está a tiempo de cambiar su testamento, incluso el Centro de Registro de Testamentos dice que ya habló con la mujer y le mencionaron que “si sus hijos cambiaban su actitud hacia ella, siempre podría volver a modificar su testamento”.
Igualmente le aconsejaron que lo mejor sería que nombrara a una persona de su confianza para supervisar que la clínica veterinaria realice lo estipulado, para así garantizar que las mascotas reciban el cuidado adecuado.
La señora de apellido Liu, tiene una fortuna de 20 millones de yuanes, es decir, 2,3 millones de dólares.