A Carlos Silva Parra su esposa y sus dos hijos lo esperaban en casa pero las horas pasaban y no llegaba. Luego recibieron la devastadora noticia de que había muerto en un funesto accidente de tránsito. No lo verían más.
En su natal Aratoca se conmocionaron por su partida. Carlos era admirado por ser un hombre de familia, ‘camellador’ y el más generoso, es en lo que concuerdan sus allegados.
El hombre de 41 años trabajaba como administrador de una finca, ubicada en la vereda Clavelinas de Aratoca.
Su motocicleta de placa IRA-92, era su vehículo de transporte. La ‘motico’ nunca lo dejaba varado.
Él no se arriesgaba en la vía, afirman sus conocidos, era un hombre precavido, pues ya conocía los peligros de las imprudencias que se cometen en la carretera.
‘La muerte’ se le atravesó en ‘Marraneras’
El miércoles en la tarde, cuando se dirigía a su casa, un infortunio le truncó la existencia a Carlos.
Transitaba por la vía nacional, en jurisdicción del municipio de Curití.
En el sector conocido como ‘Marraneras’, una camioneta doble cabina de placas TFU-892 que iba adelante del motorizado, frenó en ‘seco’.
Carlos no alcanzó a detenerse, terminó chocando contra la parte trasera del vehículo. Producto del golpe, cayó a la carretera. Justo en ese instante fue arrollado por una turbo de placa WOL-787.
La vida de Carlos se ‘apagó’ de manera instantánea. Sufrió múltiples traumas. El tráfico vehicular colapsó en ambos sentidos de la vía.
Policía de carreteras aguardaban la llegada una unidad de criminalística.
Los testigos del siniestro afirmaron que pasaron más de cinco horas, cayó un intenso aguacero y la víctima aún seguía tendida en la carretera.
Finalmente realizaron el levantamiento del cadáver y el croquis. Luego se reestableció el tráfico vehicular.