El intendente William Fernando Bareño amaba la Policía, pero no veía la hora de retomar el tiempo con los suyos.
La fecha para lograr su pensión se cumplía ayer; sin embargo, le habría informado a su familiar que permanecería seis meses más por el periodo de elecciones.
Pero no alcanzó a cumplir su sueño. Murió el martes en la madrugada, cuando en compañía del intendente David Reyes fue a inspeccionar una maleta sospechosa después de una primera explosión en el aeropuerto Internacional Camilo Daza de Cúcuta. La segunda detonación acabó con sus vidas.
“No sabemos qué pasó. Se les fueron las luces. Los compañeros decían que era muy prudentes. Es un momento muy difícil. Es muy duro para toda la familia, a finales de noviembre estuvo en Barbosa. Era muy alegre, muy noble, buen papá, buen hijo”, manifestó con su voz entrecortada Angelino Bareño, padre del oficial.
Bareño llevaba 21 de sus 42 años al servicio de la Policía y 18 trabajando con explosivos. Era todo un profesional, pero la vida le ‘jugó una mala pasada’.
Estaba casado y tenía 4 hijos. “Era muy cariñoso y hablábamos cada tres días. Si yo no iba a visitarlo, él iba a Barbosa”, comentó el afligido padre, quien recordó que desde muy joven sintió gusto por la Policía, donde prestó su servicio militar.
“Decía que quería seguir esa carrera y que lo apoyara. Hace poco lo acompañé a Bogotá y vi unos videos en un homenaje; me dio miedo lo que hacía. Le dije que era peligroso, pero dijo: Sé manejarlo, es de cuidado, No pasa nada”. Pero pasó.
Exaltaron su labor
Bareño y Reyes habían sido nominados en la Noche de la Excelencia Policial por su heroísmo.
Entre más de 1.200 policías que se habían presentado, lograron ser finalistas tras haber desactivado un carrobomba que amenazaba a la comunidad del municipio de El Tarra, el cual estaba acondicionado con más de 300 kilos de explosivos y 5 cilindros de más de 200 kilogramos.
Para lograr el éxito de esta acción, los funcionarios caminaron más de tres kilómetros llevando consigo el pesado equipo antiexplosivos.
Durante el desplazamiento fueron objeto de varios ataques subversivos en los que perdió la vida uno de los soldados que prestaba seguridad.