Los delincuentes siguen ingeniándose la forma de comercializar estupefacientes en Bucaramanga y el área, sin ser detectados. Ahora extraen el principio activo de la marihuana y la distribuyen en aceite; su efecto podría ser de 10 a 15 veces más fuerte que el del estupefaciente normal.
El costo de solo un centímetro de este ‘novedoso’ alucinógeno oscilaría entre 100 mil y 200 mil pesos. Los clientes, quienes pertenecerían a estratos 5 y 6, ‘se la fuman’ sin levantar sospecha a través de vapeadores o cigarrillos electrónicos.
El olor camuflado en fragancias pasaba desapercibidos para las autoridades; sin embargo, la incautación de unas jeringas con un contenido extraño llamó la atención de los uniformados.
Una vez analizado el líquido aceitoso, pudieron concluir que se trataba de THC (Tetrohidrocarabinol), principal constituyente psicoactivo del cannabis.
Desde ese momento comenzó la investigación, la cual tuvo un tiempo de duración de un año. A través de interceptación de llamadas, agentes encubiertos y seguimientos, la Policía Judicial logró la desarticular la banda delincuencial ‘Los Enanos’, encargados de comercializar la droga a través de domicilio y encomiendas en el área metropolitana de Bucaramanga.
La captura se materializó en los barrios Palomitas, La Salle, Niza, San Alonso, Pedregosa y Real de Minas. Cinco sujetos fueron dejados a disposición de la Fiscalía por los delitos de concierto para delinquir y tráfico de estupefacientes.
Carlos Hernán Díaz Amado, Wilson Fabián Rangel Ballesteros, Roggly Armando Duarte Joya y Andrés Felipe Valdivieso Corzo, fueron enviados a la cárcel.
El otro, fue dejado en libertad; sin embargo, sigue vinculado con la investigación.
En los allanamientos se incautaron 224 gramos de marihuana.
En lo corrido del año, se han desarticulado 20 estructuras dedicadas al tráfico dejando tras las rejas a 156 personas por este delito.
La investigación continúa
Aunque las autoridades lograron la captura de cinco sujetos, las autoridades no descartan que haya más personas detrás de este ‘jugoso negocio’. Teniendo en cuenta que los principales clientes eran de estratos altos, los ‘jíbaros’ eran universitarios a quienes les queda más ‘sencillo’ involucrarse con la ‘alta sociedad’.
Organizaban fiestas en diferentes puntos de la ciudad y hasta en balnearios: sin embargo, el uso de vapeadores nunca levantó sospecha. Durante la investigación, se pudo determinar que la marihuana provenía desde Cali y Bogotá a través de narco encomiendas, era reclamada en Bucaramanga.
