Fueron obreros de una construcción los que se percataron de los desesperados gritos de ayuda que provenían de la fundación Casa de Amor y Fe. A mitad de cuadra, en la carrera 20 entre calles 8 y 9 las columnas de humo empezaron a propagarse de manera rápida, los alaridos también aumentaron de tono.
“Estábamos en la obra y escuchamos gritos. Nos asomamos, vimos humo y los muchachos empezaron a romper los vidrios y gritar que se estaban quemando. Pedimos a los vecinos que llamaran a Bomberos y a la Policía ”, contó uno de ellos quien no dudó en colaborar en atender la emergencia.
Dejó lo que estaba haciendo y corrió con otras personas a ver qué podían hacer. Pero el fuego era inclemente y se volvía más potente, desafiante. Una unidad de bomberos acudió primero pero no era suficiente. Otras dos llegaron después, incluido un carrotanque.
Era una labor ardua y la emergencia intensa. La prioridad era rescatar a las personas dentro, pero también contener el fuego que ya avanzaba con fuerza hacia otras casas.
Varias ambulancias, patrullas y decenas de personas rodearon la calle. Familiares llegaron desesperados por saber qué les ocurría a sus seres queridos.
En camillas sacaron a varias personas. Muchos malheridos, con quemaduras. Otros estaban aturdidos y ahogados por el humo, entre ellos un patrullero de la Policía que colaboró en el rescate y resultó afectado.
“El techo era de bahereque y por el calor se cayó. Ese fue el momento de mayor dificultad. Dos unidades bomberos atacaron el fuego arriba y los demás, abajo controlaban los puntos calientes. No teníamos la cantidad exacta de cuántas personas había dentro, cayeron escombros en dos habitaciones. Hicimos remoción para descartar de que no hubiese alguien atrapado”, indicó el teniente de Bomberos de Bucaramanga.
Hacia las 11:50 la conflagración por fin fue controlada. El panorama era desolador…
El saldo de la tragedia
Luis Eduardo Rosario Gamaldo, de 26 años, oriundo de Venezuela y William Orlando Gómez Galvis, de 53 y colombiano, perdieron la vida a causa de las graves quemaduras. Seis heridos dejó la tragedia.
La ‘rebelión’ de los jóvenes internos en los centros de rehabilitación de Bucaramanga para que las autoridades volteen la mirada y se enteren sobre la denigrante situación que denuncian en estos institutos, se volvió crítica. Muchas más pudieron ser las víctimas fatales si no se reaccionaba a tiempo a la emergencia.
Hace una semana hubo caos y disturbios por cuenta de una revuelta que protagonizaron jóvenes que recibían un tratamiento contra las drogas en una institución de la calle 41 entre carreras 15 y 16.
Malos tratos, castigos y situaciones precarias fueron las razones que los llevaron a amotinarse. En el lugar había 80 personas. Varios recobraron su ‘libertad’ para irse a sus hogares. El lugar fue sellado porque no cumplía con los requisitos de funcionamiento.
“Con esta ya serían tres fundaciones donde se dan a conocer ‘tratos inhumanos’ a las personas internadas para rehabilitación. Estamos controlando primero la situación de emergencia para saber qué pasa con la fundación. Muchos de ellos estaban aquí en contra de su voluntad”, dijo John Carlos Pabón, secretario de Desarrollo Social de la Alcaldía de Bucaramanga.
El funcionario agregó realizarán la revisión de la documentación, en compañía del inspector de Policía de la Secretaría del Interior, para verificar que el funcionamiento de este establecimiento estuviera autorizado.
¿Cómo ocurrió el incendio?
Varios internos del centro se amotinaron. La situación se descontroló y algunos al parecer se encerraron en una de las habitaciones y generaron un corto con un cable de televisor con la intención de buscar una manera de escapar pero todo terminó de manera trágica. El aparato estalló y desató el caos.