Sus amigos y conocidos lo empezaron a llamar así cuando regresó a Mogotes después de pasar un tiempo en Arauca con una de sus hermanas.
“Llegó vistiendo de una manera diferente a la acostumbrada, como profesor, y así se quedó”, contó nostálgico un sobrino de Saúl.
Carreño, de 52 años, nunca se casó ni tuvo hijos. Vivía solo en una finca en la vereda Guayaguata. Iba de vez en cuando al pueblo y visitaba a sus hermanos. Era el menor.
Pero desde el viernes pasado no se sabía nada de “El profesor”. A los vecinos se les hizo raro que llevaba dos días sin salir de la finca.
Preocupados por saber si algo le había ocurrido, decidieron asomarse por los linderos.
Se estremecieron al hallarlo muerto, flotando sobre la quebrada, a unos metros de su casa.
Saúl habría caído de un puente improvisado con guaduas, a la quebrada. Producto de golpe habría quedado inconsciente y murió ahogado. Pero solo el dictamen forense establecerá las causas.
“Era muy conocido en Mogotes por su espontaneidad, su jocosidad. Tenía una risa particular.
“Su único “pecado” era que le gustaba beber gualrapo”, contó otro sobrino.
No se sabe si Saúl estaría con sus guarapos encima cuando cruzaba el afluente. Lo lamentable es que nadie pudo auxiliarlo…