Clamando desesperadamente por la entrega del cuerpo de su hija de 2 años, víctima de golpes y abuso sexual a manos de su padrastro en un hostal del Centro de Bucaramanga, se encuentra Rosa Isabel Rodríguez.
A pesar de que han transcurrido 13 días desde este impactante feminicidio que ha conmocionado a la capital santandereana, la afligida madre aún no ha recibido el cuerpo de su pequeña para brindarle el tan ansiado descanso cristiano.
“He acudido en varias ocasiones a Medicina Legal, pero no me permiten entrar desde la puerta. Me informan que la entrega del cuerpo demorará tres meses, alegando la ausencia de huellas, sin constancia biológica en los documentos y a la espera de los resultados de la prueba de ADN. Lo único que deseo es ver a mi hija y proporcionarle un sepelio digno, lo mínimo que merezco”, expresó la joven madre entre lágrimas a Vanguardia. Afirmó que no regresará a Venezuela hasta que le entreguen el cuerpo de su hija.
La mujer compartió que su vida se ha convertido en un auténtico drama tras la trágica pérdida de su hija. Aseguró sentirse amenazada por la familia del presunto asesino, mientras las autoridades gubernamentales la han dejado desamparada.
“La Alcaldía de Bucaramanga no me ha proporcionado refugio ni apoyo; ni siquiera me han asistido en la gestión del proceso. Aunque el alcalde emitió declaraciones al respecto, fueron solo palabras vacías. Me da temor salir a la calle debido a estas personas. Ya presenté una denuncia en la Fiscalía, pero aún no he recibido protección”, expresó con preocupación Rosa Isabel.
Además, señaló: “Perdí mi empleo porque generaba miedo que aquellos que me amenazan pudieran encontrarme. Estoy sola con mi hermano aquí, sin recursos ni siquiera para desplazarme a la Fiscalía. Una abogada me ha colaborado con dos ayudas alimentarias, pero por lo demás, estoy desamparada”.
En relación con su otra hija de 5 años, quien estaba bajo la protección del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF), la madre afirmó que ya se la entregaron y la envió a su país natal para garantizar su seguridad.
Abusada y golpeada
Marisol Ramírez Rodríguez, directora de la Fiscalía Seccional Santander, informó que la menor no solo sufrió agresiones físicas, sino también abuso sexual por parte de su padrastro, Angelo Iván Luna López, originario de Cúcuta, Norte de Santander.
“El detenido intentó hacer parecer la muerte de la menor como una caída accidental por las escaleras de su vivienda. El equipo interinstitucional, compuesto por Medicina Legal, CTI, Sijín y la Policía Nacional, logró reunir pruebas suficientes para demostrar que la niña fue víctima de agresiones tanto físicas como sexuales antes de su fallecimiento”, destacó Ramírez.
Por estos hechos, Ángelo Iván Luna López, de 23 años, señalado como el responsable del asesinato de la menor, fue arrestado el 11 de enero por orden judicial.
La Fiscalía imputó cargos por el delito de feminicidio agravado, resultando en la decisión de un juez de garantías de enviar al acusado a la cárcel. La familia celebró esta determinación y solicita una condena ejemplar.
El estremecedor relato
El miércoles 10 de enero, alrededor de las 6:30 a.m., Rosa Isabel Rodríguez salió del hostal Paraíso, ubicado en la calle 29 con carrera 15. En dicho lugar, vivía con sus dos hijas, una de 5 años y la fallecida de 2 años, así como con Angelo Iván y su hijo de 5 años.
Siguiendo su rutina diaria, Rodríguez se dirigió a su trabajo en una empresa de artesanías. Aproximadamente media hora después, Angelo Iván llegó al lugar en busca de ella.
“A las 7:00 a.m., llegó llamándome, diciendo que era urgente. Cuando abrí la puerta, me entregó a la niña muerta en mis brazos, afirmando que se había caído por las escaleras”, precisó la madre.
De manera inmediata, Rosa llevó a la niña en una moto hasta la Unidad Intermedia Materno Infantil Santa Teresita, Uimist, ubicada en la carrera 21 con calle 12 de la ciudad. No obstante, el personal médico en este centro confirmó que la menor ya había fallecido desde hace más de media hora.
Al compartir la versión proporcionada por su pareja, que sugería una caída por las escaleras, y al notar posibles signos de violencia en el cuerpo de la víctima, los médicos alertaron a la Policía y activaron el protocolo por violencia intrafamiliar.