Dos sicarios con pistola y revólver acribillaron a Alfonso Manuel Sanabria Rosas dentro de un establecimiento comercial de la carrera 12 con calle 26 del barrio Girardot de Bucaramanga.
Sanabria los vio. Tan seguro estaba que no lo perdonarían, que corrió veloz calle arriba en busca de un escondite, de un refugio que le permitiera esquivar a aquellos mensajeros de la muerte.
Iban decididos. Uno de los pistoleros incluso, con sus ansias de sangre, estuvo a punto de caer sobre el andén cuando cruzaron por la esquina donde Alfonso permanecía recostado a una pared, hablando con un ‘parcero’.
Tuvo tiempo de reaccionar. Corrió espantado, intentando convertir en obstáculos los vehículos estacionados en las aceras, para que no le dieran alcance. Pero no había vuelta atrás. Aquellos criminales cumplirían su objetivo a como diera lugar.
No hubo compasión. El pecho de Sanabria recibió 6 fogonazos.
Malherido, fue llevado en moto hasta la carrera 15 con Quebradaseca donde lo habrían embarcado en una ambulancia, rumbo a la Clínica La Merced, donde falleció minutos después.
Crimen, robo y fuga
Después, en el frenesí de la huída, los sicarios se cayeron de una de las motos. La máquina no volvió a prender y en el desespero, sabedores de la siembra de terror, afanados por desaparecer, habrían detenido y amenazado a un desprevenido motociclista a quien bajaron y le robaron su máquina. Además de un cadáver, en la cuadra dejaron una BWS de placa WRL-39C que ahora forma parte de las pruebas de investigación.
Sanabria Rosas sería indiciado en delitos como hurto, tráfico de estupefacientes, porte ilegal de armas y daño en bien ajeno, concierto para delinquir, violencia intrafamiliar y amenazas. Hace poco habría estado detenido por estupefacientes y porte ilegal de arma de fuego.
Una de las hipótesis apunta a que este crimen estaría relacionado con un ajuste de cuentas y que alias ‘Tompo’ sería el responsable. Por el momento, todo es materia de investigación.