Por poco un paseo casi termina en tragedia cuando un grupo de jóvenes disfrutaban de una jornada de baño en una cascada del sector del Cobre de la vereda Caney, en zona rural de Piedecuesta, en la tarde del pasado sábado 21 de octubre.
Todo transcurría con normalidad hasta que uno de los cinco jóvenes bañistas, un adolescente de 14 años, fue atrapado por un remolino de las aguas del pozo en el que se encontraban.
“Al ingresar, los jóvenes no se dieron cuenta que el pozo tiene un remolino por debajo, este lo chupó y lo sacó hacia un lado pero detrás de la cascada, en una cueva”, informó Juan Carlos Garzón, líder de la Defensa Civil de Piedecuesta a Vanguardia.
Tras no ver por ningún lado a su amigo, los menores de edad dieron aviso a la comunidad para que a su vez emitiera la alerta a los organismos de socorro.
Fue así que la Defensa Civil llegó al lugar, luego de una caminata de dos horas, llevando cuerdas, equipos de rescate y camilla especializada para atender la emergencia y rescatar al desaparecido de las aguas.
“La comunidad, conociendo la cascada, tenía un aro y con ese elemento más las herramientas que nosotros teníamos empezamos a trabajar hasta sacar al joven por parte alta de la montaña. Le prestamos los primeros auxilios”, añadió el socorrista.
El adolescente, ante las varias horas que duró en las aguas, presentaba un cuadro leve de hipotermia. La Defensa Civil lo sacó del lugar y lo llevó hasta el barrio San Francisco de Piedecuesta, en donde se pudo reencontrar con sus familiares.
La ‘fuerza naranja’ señaló que todas las labores de rescate de la vida de este joven de 14 años se prolongaron por cerca de seis horas.
Los organismo de socorro extendieron la invitación a las personas que, bajo ningún motivo, se sumergan en fuentes hídricas en las que no conozcan sus características ni nivel de peligrosidad.
