Un investigador del CTI experto en explosivos le aseguró a Q’hubo que la carga instalada en las motocicletas afuera de la Estación Norte de la Policía, en el barrio Chapinero, fue colocada por un experto que se cree la activó con un temporizador o con un control remoto.
La hipótesis inicial fue que, más que atentar contra los vehículos de la Policía, el acto delincuencial, que podría ser calificado de terrorista, iba dirigido a los uniformados.
Lo que ha llamado la atención en las primeras pesquisas realizadas por la Unidad Antiexplosivos del CTI fue que el sujeto tuvo tiempo de instalarla sin que los encargados de la guardia del edificio policial se percataran de su presencia.
“Falló el esquema de seguridad. Lo que hemos analizado fue que el delincuente primero tuvo tiempo de instalar el explosivo en la parte delantera de una de las motos, en lo que se conoce como la tijera. Además, no era cualquier artefacto, fue fabricado de manera artesanal, el que lo hizo sabe de explosivos. No lo lanzaron tuvieron todo el tiempo para dejarlo en el lugar”, indicó el investigador.
Se analiza además si utilizó un temporizador o un control a distancia para que en el momento en que se subieran los patrulleros a las motos, ya que se encontraban en cambio de turno, sufrieran las afectaciones, como efectivamente ocurrió.
“Se utilizó HE, explosivo de alta potencia, con artillería. Nosotros lo conocemos como ‘cazabobos’. Creemos que fue pentolita de uso restringido por las fuerzas militares. La carga llevaba tornillos utilizados como metralla, esto fue lo que más afectó a los uniformados”, indicó el investigador.