El falso servicio es una de las modalidades en la que los delincuentes, muchas veces desde la cárcel, buscan extorsionar a comerciantes mediante información que publican de sus negocios en redes sociales. Los hacen llegar a lugares apartados, donde no haya señal de internet ni celular, y bajo un falso secuestro les piden dinero a los familiares o a los dueños de las empresas.
Esto les sucedió a un transportador y un comerciante de Bucaramanga. Hace algunos días un delincuente contactó al comerciante que se dedica a la venta de material para construcción y necesitaba que llevara una carga a una finca del corregimiento de Berlín.
Como el ciudadano no tenía un vehículo propio, contrató al conductor de una volqueta que trabaja de manera independiente. El día miércoles se reunieron y cargaron el material.
“Él que contrató a mi hijo es una persona que en Facebook ofrece la venta de material para construcción, es decir piedra, arena, cemento. Como no tiene vehículo de carga y nosotros ofrecemos ese servicio, los dos se encontraron y se fueron en la volqueta”, señaló el papá del conductor.
Después de cargar el vehículo en Girón, iniciaron el recorrido hacia una vereda del corregimiento de Berlín, donde los esperaba el supuesto cliente que le pagaría por el viaje y la mercancía.
“Mi hijo se comunicaba conmigo e incluso nos envió varios videos de cómo iba el viaje. Ya estamos acostumbrados a prestar esos servicios a diferentes partes del departamento”, indicó el familiar.
Solo que cuando llegaron al supuesto lugar de entrega de la carga, una llamada recibió el comerciante donde le manifestaban que había sido secuestrado por un grupo armado ilegal y que él y el conductor debían entregar los números de los familiares y después apagar los teléfonos. Además que eran vigilados por un francotirador que si se movían los mataban.
A sus seres queridos los llamaron y empezaron a extorsionarlos. Les pedían cantidades entre 2 millones y 6 millones de pesos para dejarlos en libertad.
“Mi hijo me comentó después que por el miedo hicieron caso, pero nosotros por el contrario dimos aviso al Gaula”.
A las 12:40 de la noche miembros del Gaula ubicaron a los dos ciudadanos en una vereda de Berlín, sanos y salvos, pero con frío y les explicaron las verdaderas causas por las que estaban en el lugar.
“Decidimos confiar en las autoridades y no pagar un solo peso”, finalizó el familiar.
Antes estos casos, el Gaula de la Policía recordó que existen las líneas 123 o 165 para reportar cualquier modalidad de extorsión.
Además, antes de emprender viajes a lugares apartados, conocer más datos de los clientes y no dar información personal.
En zonas rurales detenerse en estaciones de Policía cercanas al lugar de destino, dando a conocer los motivos del viaje y de las personas que los contactaron para evitar ser víctima del falso servicio.