El hecho se conoció sobre las 11:00 de la mañana de ayer cuando el hombre fue encontrado sin vida al interior de la cabina de un tractocamión, de matricula SRS-147 y de color vinotinto, en el kilómetro 40+600 metros de la vía que de Bucaramanga conduce al municipio de San Alberto, en el sur del Cesar, en jurisdicción de El Playón.
Habitantes del municipio se acercaron hasta la cabina a pedirle el favor al conductor que moviera el pesado vehículo, el cual ya llevaba aproximadamente ocho horas estacionado a un costado de la carretera nacional, justo enfrente del Hotel Las 3 SSS.
Por más que las personas llamaron insistentemente a Jorge, él no respondió. Esta situación inquietó más.
Fue entonces cuando se dio el aviso a la Policía Nacional para que abriera la cabina y sacara al conductor quien yacía dentro, con los ojos cerrados. Tras esto, los uniformados corroboraron que el hombre tras el volante ya no tenía signos vitales, había muerto.
“El compañero, según nos dice una persona que se comunicó con él, en Los Colorados paró y se tomó un tinto, dijo que sabía maluco. Sobre las 2:30 a.m. y 3:00 a.m., paró, se orilló y se acostó en la cabina, con el vehículo prendido y lamentablemente falleció”, dijo un transportador, cercano al hoy occiso.
Aunque las primeras versiones apuntaban a que había muerto de manera natural producto de un infarto, Q’hubo conoció que se investiga una posible inhalación de gases tóxicos.
“La muerte está por establecer. El señor llegó pasadas las 2:30 a.m. al pueblo, estacionó, se acostó a dormir y posiblemente una fuga del exhosto llenó la cabina con humo, y él de pronto dormido no se dio cuenta”, dijo un residente de El Playón, quien conoció el caso.
Para establecer con exactitud lo ocurrido, la Sijín de la Policía de Santander hizo presencia en el lugar y adelantó la diligencia del levantamiento del cadáver, que fue trasladado a la morgue del Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses.
Ayer, en medio del dolor, varios eran los mensajes de solidaridad y aprecio por Jorge Coronel, residente de la capital santandereana.
“Era un muy buen conductor, una excelente persona. Nosotros los conductores sabemos cuando salimos, pero no cuando regresamos. Dios lo tenga en su gloria”, dijo un allegado a la víctima.
