A plena luz del día del pasado 4 de junio, María Concepción Serrano conocida como ‘La Chiqui’,
una habitante de calle de 53 años, parecía haber encontrado su triste destino, tras quedar
tendida sin vida, en medio de basura, una colchoneta veja y drogas, en uno de los andenes de
la antigua Normal de Señoritas en Barrancabermeja.
Lo que parecía ser el fin de la historia de esta habitante de calle que aparentemente murió de
forma natural, apenas seria el comienzo de un enigma que mantiene a sus seres queridos en
medio de la angustia y de una lucha incansable por lograr darle cristiana sepultura, desde hace 12 días.
Familiares cuentan que después de enterarse de la muerte de La Chiqui acudieron a Medicina
Legal a hacer los trámites correspondientes para reclamar el cuerpo y darle cristiana
sepultura; pero sorprendentemente terminaron enterándose que no podían reclamar el
cadáver porque, según la entidad, María Concepción Serrano ya había muerto el 22 de mayo
del 2022, en una clínica de la ciudad. Así lo corroboraría una tumba ya cavada en el
cementerio La Resurrección y el registro civil de defunción 9177991.
“Cuando yo voy a Medicina Legal lo que me dicen es que mi hermana, quien no tenía cedula
porque se le había quemado en un cambuche había muerto hace un año. Aun cuando yo la vi
en Medicina Legal, la reconocí, ella es mi hermana y no solo eso todo este tiempo la vimos, le
llevamos una que otra cosa por los lados del parque Las Palomas y nos salen con eso. También nos muestran una foto de ella intubada de hace un año; y si es ella, pero mi hermana se murió el 4 de junio y no el año pasado”, relató su hermana Mary Serrano.
La mujer habla confundida, entre la tristeza y con un tumulto de documentos en sus manos;
con videos y fotografías que guarda en su celular, como pequeños fragmentos vivos del
pasado en los que atesoran las últimas ocasiones (en mayo de 2023) que compartieron con su
ser querido, quien desde hace más de treinta años se había perdido en el maldito mundo de
las drogas.
“Era la séptima de 14 hermanos, nunca la juzgamos porque eso es una enfermedad; pero es
un ser humano y nosotros la queremos enterrar, queremos darle una digna sepultura para que
por fin tenga paz porque esa vida que llevó nunca fue buena”, contó con ojos aguadosz.
Para la mujer, hay muchas cosas que no ‘cuadran’ dentro de la historia, una de ellas tiene que
ver con que, según el reporte médico de la clínica Magdalena, la persona que murió el año
pasado, fue llevada al centro asistencial por la Fundación del Adulto Mayor ‘Manos Amigas’
ubicada en el barrio Versalles.
“Mi hermana nunca, estuvo en ninguna fundación, menos por acá en el sector nororiental; ella
siempre estuvo para el sector comercial, la vimos siempre durante todo este tiempo. Además,
en la historia clínica dice que tenía un mes de estar en condición de calle y ella desde sus 20
años cayó en la droga; no entendemos como fue a parar una persona con el mismo nombre y mismo número de cedula en la clínica. Según eso la persona que llegó sufrió una caída en esa
fundación y por el golpe murió, pero esa no era mi hermana”, dijo.
La profunda angustia que envuelve a la familia de la Chiqui no cesa, mientras intentan, entre
trámite y trámite demostrar que ella es la persona que murió recientemente. “Esto cansa, no
sabemos a quién enterraron por mi hermana y eso es lo que hoy nos tiene esperando por el
cuerpo de ella, que era un ser humano como cualquiera y que merece que le demos cristiana
sepultura”, dijo.
Ahora, los familiares deben esperar que el caso sea investigado y que mediante estudios,
Medicina Legal corrobore la plena identidad del cadáver que está en sus manos, al tiempo, que
intenten descifrar el enigma de saber ¿Quién fue la persona enterrada el año anterior bajo el
Nombre de María Concepción Serrano?
¿Qué pudo pasar?
Harold Durán secretario de salud de Barrancabermeja, explicó que en este caso posiblemente
hubo una suplantación de identidad, “lo que nos informan desde Medicina Legal es que
posiblemente hubo un préstamo indebido o consecución indebida de documentos y una
persona se pudo hacer pasar con otra; con la triste noticia que al final fallece y por eso hoy
parece que ya había un registro de defunción a nombre de esa persona y con ese número de
documento”, dijo el funcionario.
Y agregó, que este tipo de casos en ocasiones se registran cuando hay personas que enferman
y no están aseguradas al sistema de salud, por lo que enfatizó que las IPS están facultadas para atender a toda persona, sin ningún tipo de barreras.
“Todas las instituciones prestadoras de servicios de salud tienen por norma hacer afiliaciones
al régimen subsidiado, sin importar ninguna barrera, todos pueden acceder al servicio de salud
y afiliarse al sistema. Cuando no hay identificación, que a veces pasa con personas en
condición de calle, las IPS trabajan de mano con la registraduría para hacer el proceso de
registro e identificación de ellos”, dijo.
El funcionario recalcó que la familia debe esperar a que se adelanten estudios con
dactiloscopia que permitan corroborar la plena identidad de su familiar.